Las labores de desactivación de bombas y minas remanentes después de la guerra, que provocaron la muerte de más de 40 mil vietnamitas, requieren no sólo los esfuerzos del gobierno, sino también el apoyo internacional.

Así lo afirmó el vicepresidente permanente de la Unión de las Organizaciones de Amistad de Vietnam, Don Tuan Phong, quien destacó que los artefactos explosivos impactan gravemente en el desarrollo socioeconómico y amenazan directamente a la vida de los pobladores.

Durante dos décadas, las organizaciones extranjeras y no gubernamentales donaron cada año unos 15 millones de dólares a las actividades de detección de materiales explosivos y limpieza de territorios.

También proporcionaron aparatos detectores de bombas y minas, examinaron las áreas altamente contaminadas, especialmente en las provincias centrales del país, y establecieron archivos de datos.

Esos apoyos son muy necesarios para superar las consecuencias de la guerra que quedan pendientes desde hace décadas.

En la actualidad, Vietnam se concentra en la neutralización de explosivos sin detonar para minimizar riesgos mortales, la asistencia a las víctimas, la reestructuración y la concientización de la comunidad al respecto.

El país tiene unos seis millones 600 mil hectáreas de tierra (más de 21 por ciento de su superficie) contaminadas con 800 mil toneladas de bombas y minas rociadas por las tropas estadounidenses durante la guerra pasada.-VNA