Bangkok (VNA) – Dos sospechosos principales negaron su participación en el atentado mortal en el santuario capitalino tailandés de Erawan en agosto pasado.
Durante una sesión del tribunal ayer, un juez leyó los cargos contra los urguires chinos Bilal Mohammed (también conocido como Adem Karadag) y Yusufu Mieraili, que incluyen homicidio intencional, posesión ilegal de armas y entrada ilegal a Tailandia.
Los dos individuos negaron las acusaciones relacionadas al atentado con bomba y Bilal Mohammed sólo admitió un cargo de entrada ilegal al país.
La policía dijo que ambos hombres habían confesado tener un papel en la explosión de agosto, que segó la vida de 20 personas y dejó heridas a otras 140.
Yusufu Mieraili, ciudadano chino de 26 años de edad, reveló que el instigador le pidió entregar un paquete de bomba a otro hombre en la estación de Hua Lampong y luego llegó a la intersección de Ratchaprasong para captar fotos de la explosión.
Adem Karadag declaró que era el hombre de camiseta amarrilla visto en imágenes de las cámaras de seguridad cuando colocaba una mochila con bomba en el escenario del estallido.
Sin embargo, su abogado, Schoochart Kanpai, dijo que Adem había sufrido torturas para admitir el cargo.
Por su parte, el jefe de la Policía Nacional de Tailandia, Chakthip Chaijinda, explicó que las autoridades tienen testigos y evidencias claras para enjuiciar a los sospechosos.
Karadag fue el primer sospechoso detenido en relación con el atentado en el santuario de Erawan el 17 de agosto y la explosión en el muelle de Sathorn, y fue arrestado el 29 de agosto en un apartamento en el suburbio de Bangkok junto con las herramientas para fabricar bombas y decenas de pasaportes turcos falsos.
Otro implicado, Yusufu Mieraili fue detenido dos días después cerca de la frontera con Cambodia mientras intentaba salir clandestinamente de Tailandia.
El estallido sucedió el 17 de agosto a las 19:00 hora local (12:00 GMT) en un sitio cerca del santuario hinduista de Erawan, en el distrito central capitalino Chidlom, una zona muy frecuentada por turistas, y cobró la vida de 20 personas y dejó numerosas heridas, entre ellas muchas procedentes de Reino Unido, China, Hong Kong (China), Indonesia, Singapur y Malasia.
Aún se desconoce el motivo del atentado que causó impactos negativos a la industria turística de Tailandia. – VNA