El secretario general de la mayororganización multilateral, Antonio Guterres, señaló que la conmemoración esteaño coincide con retos inéditos provocados por la crisis alimentaria mundial.Unos 345 millones de personas enfrentan inseguridad alimentaria aguda, entrelas cuales los africanos son los más afectados.
En su recién publicado informe Perspectivas Económicas Regionales, el FondoMonetario Internacional (FMI) alertó que 123 millones de personas, es decir,alrededor del 12 por ciento de la población del África subsahariana, podríanpadecer ese flagelo a finales de 2022.
Las principales razones para tan alarmantes cifras son el impacto de lapandemia de Covid-19, la sequía prolongada debido al cambio climático y elconflicto en Ucrania.
Los niveles récord de las bajas precipitaciones durante los últimos tres añosdejaron a varias comunidades poblacionales en África al borde del abismo. Lasequía en el lapso 2020-2022 superó a todas sus predecesoras en términos deduración y magnitud. La Oficina de Naciones Unidas para la Coordinación deAsuntos Humanitarios alertó que la hambruna en el Cuerno Africano podríaempeorar y conllevaría desastrosas consecuencias.
De acuerdo con las Naciones Unidas, la campaña militar en tierrasucranianas ha interrumpido el comercio global, aumentado los costos detransporte y el tiempo de entrega e impedido el acceso de los agricultores ennumerosas regiones a materiales y abono para la producción agrícola.
Los acuerdos sobre suministro de alimentos y fertilizantes alcanzados porRusia y Ucrania en julio último bajo los auspicios de esa entidad internacionaly Turquía han ayudado a paliar la referida crisis. Aproximadamente 6,8 millonesde toneladas de productos agrícolas ucranianos llegaron al mercado mundial víael “corredor seguro” en el Mar Negro. Sin embargo, renovar esos pactos, queexpirarán en noviembre, es una cuestión abierta dadas las desavenenciasrelacionadas con la ejecución.
Además, la sequía prolongada y las interrupciones en el suministro desdeRusia y Ucrania, principales graneros del mundo, causaron parcialmente la disparadade los precios de los alimentos. La Organización de las Naciones Unidas para laAlimentación y la Agricultura destacó que los gastos de comida en septiembresiguieron a la baja por sexto mes consecutivo, pero aún fueron 5,5 por cientomás altos interanualmente.
La agencia también redujo a dos mil 768 millones de toneladas su pronósticode producción mundial de cereales en 2022, es decir, 1,7 por ciento por debajodel año anterior. Según apuntó, 45 países situados en todas partes desde Asia,África, Europa hasta América Latina y el Caribe, necesitan ayuda alimentaria.
Analistas opinaron que continuos problemas en los últimos tiempos,incluidos la pandemia, los conflictos armados y la sequía, significaron que laszonas vulnerables no tuvieron tiempo para recuperarse. La capacidad derespuesta de los países se vio igualmente limitada por su privación financiera,especialmente cuando la economía encara vientos en contra. Ello agrava lainseguridad alimentaria.
Los países y las organizaciones internacionales han tomado medidas yacciones fuertes con la esperanza de solventar el flagelo. En su intento másreciente, el FMI aprobó un mecanismo de préstamos de emergencia para ayudar aenfrentar la espiral del precio de los alimentos. Antes, el Banco Mundial y variosEstados se comprometieron a unir fuerzas contra la inseguridad alimentariaglobal.
Aun así, expertos evaluaron que los nudos de esta situación no estándesatados. David Beasley, director ejecutivo del Programa Mundial de Alimentos,exhortó a la solidaridad internacional en la búsqueda de una solución comúnpara construir un sistema alimentario más sostenible./.