El vietnamitaantiguo no consideraba la muerte como un fin. El fallecido poeta nacionalNguyen Du (1765-1820) definió la defunción como una pérdida corporal; mientrasel espíritu subsiste permanentemente con los hijos y nietos.
Encender inciensossignifica para los vietnamitas abrir un canal de comunicación con nuestrosancestros.
Según autores de laobra ¨Costumbres de culto en familias vietnamitas¨ publicada en 1996, elespíritu de los muertos influye notablemente en la vida de los vivos. Muchos,por honrar a sus padres fallecidos, no hacen nada mal y tratan de pensar dosveces antes de realizar un trabajo.
Hasta la fecha, nohay ninguna explicación convincente del porqué el vietnamita enciende tresinciensos (o un número siempre impar) para rezar ante un altar.
Algunos explicaronque ese hábito viene de la teoría de ¨Tres objetos valiosos¨ del Budismo.
A la luz delConfucionismo, los tres inciensos representan al cielo, la tierra y el hombre yel número 3 es sinónimo de signo positivo, señaló el monje Thich Thanh Duc.
Se trata de unculto propio del destacado discípulo de Confucio, Tan Tu, quien enseñaba que elque está en el poder debe tener precaución ante las muertes, en particular, ylas pérdidas, en general, para recordar el mérito de los antepasados. Esto esuna tradición de lealtad, indispensable para consolidar el poder.
Los vietnamitas delsiglo XX levantaron el altar Nam Giao, donde ofrecen cultos al Cielo y laTierra durante los primeros días del año nuevo lunar. Hoy podemos presenciaresta ceremonia en la provincia de Thua Thien-Hue, en el centro del país.
Numerosos librosabordan la vinculación entre el hombre y el mundo espiritual y una demostraciónde ello radica en que cada vez que hubo hambruna o grave calamidad en el país,el rey efectuaba servicios religiosos para rendir cuentas de su gestión.
VNA-CUL