Japón defendió de la denuncia por China del discurso del primer ministro Shinzo Abe en torno de la situación actual en el Mar Oriental en la decimotercera Cumbre de Seguridad de Asia (Diálogo Shangri-la), recién efectuada en Singapur.

En un encuentro con la prensa el lunes en Tokio, el secretario general del gabinete, Yoshihide Suga, informó que la delegación nipona en Singapur hizo de inmediato una “enérgica protesta” contra las declaraciones de la parte china.

El 30 de mayo, en su alocución inaugural de la cita regional, Abe destacó la necesidad de respectar el derecho internacional y abogó por evitar el uso de la fuerza y resolver los conflictos de manera pacífica.

Reiteró que el gobierno japonés apoya los esfuerzos de Vietnam en la solución de las disputas con China a través de diálogo.

En tanto, el secretario de Defensa de Estados Unidos, Chuck Hagel, condenó las acciones de China que escalan las tensiones en el Mar Oriental y enumeró una serie de sus infracciones, en particular contra Vietnam y Filipinas.

Precisó que en los últimos meses, Beijing ha realizado acciones unilaterales y desestabilizadoras para reforzar sus reclamaciones de soberanía en la zona.

En respuesta a las opiniones de Estados Unidos y Japón, el teniente general Wang Guanzhong, subjefe del Estado Mayor General del Ejército Popular de Liberación, dijo “La delegación china tiene la sensación de que los discursos de los señores Abe y Hagel son un acto de provocación en contra de China”.

La verdad histórica es que China inició su conquista ilegal de la parte occidental del archipiélago vietnamita de Hoang Sa en 1956 y en 1974, invadió con fuerza a las islas orientales de ese territorio.

Con la misma política violenta, Beijing lanzó en el 14 de marzo de 1988 un ataque militar y ocupó varias islas del archipiélago vietnamita de Truong Sa.

China estableció arbitrariamente una línea de base ambigua (conocida como de “nueve tramos”, en “forma de U” o en “forma de lengua”) que comprende el 80 por ciento de la superficie del Mar Oriental, lo cual va totalmente en contra de la Convención de la ONU sobre el Derecho en el Mar (UNCLOS) de 1982 y viola la soberanía marítima de países vecinos.

Como parte de esa estrategia ambiciosa e infundada, Beijing busca crear “zonas de disputa” imaginarias en aguas totalmente jurisdiccionales de otras naciones, para imponer luego su política superficialmente pacífica de “ceder en los litigios para explotar juntos”.

Vietnam dispone de suficientes evidencias históricas y bases jurídicas para declarar su soberanía sobre esos dos archipiélagos en el Mar Oriental, y los reinos feudales del país indochino ejercieron, por lo menos, desde el siglo XVII su jurisdicción en ambos territorios de forma constante y pacífica. – VNA