Perdurable y difícil, lucha por justicia de víctimas de dioxina en Vietnam

El “histórico” juicio abierto por una corte francesa sobre el caso planteado por Tran To Nga, una ciudadana de origen vietnamita, contra numerosas empresas químicas estadounidenses proveedoras de la dioxina/agente naranja durante la guerra en Vietnam, atrajo gran interés del público.
Perdurable y difícil, lucha por justicia de víctimas de dioxina en Vietnam ảnh 1El juicio sobre el caso planteado por Tran To Nga contra empresas químicas estadounidenses. (Fuente: VNA) 

París (VNA) - El “histórico” juicio abierto por una corte francesa sobre el caso planteado por Tran To Nga, una ciudadana de origen vietnamita, contra numerosas empresas químicas estadounidenses proveedoras de la dioxina/agente naranja durante la guerra en Vietnam, atrajo gran interés del público. 

El Tribunal de Gran Instancia de Evry efectuó la víspera la primera sesión del pleito, durante la cual los 15 abogados defensores aprovecharon más de cuatro horas para presentar los argumentos a favor de 17 empresas estadounidenses, entre ellas Monsanto (adquirida por el grupo alemán Bayer en 2018) y Dow Chemical. 

Mientras tanto, los tres abogados de To Nga, solo tuvieron una hora y media. Los abogados William Bourdon, Amélie Lefebvre y Bertrand Repolt acompañaron a la excorresponsal de guerra durante más de una década, con eventos inolvidables tales como en 2009, cuando To Nga fue testigo ante el Tribunal de Opinión Pública de París por víctimas de la dioxina, o en 2013, cuando la corte de Evry aceptó su demanda y en 2014, año en que la demandante recibió la notificación del tribunal sobre la apertura del juicio contra las empresas estadounidenses. 

A través de ese juicio, calificado de “histórico” por el público francés, To Nga y las organizaciones simpatizantes buscan promover el reconocimiento internacional a un “crimen de destrucción del medio ambiente”.

Las compañías estadounidenses utilizaron todas las herramientas posibles, no para impedir que se llevara a cabo el juicio -porque no pueden hacerlo-, sino para alegar que las acciones de To Nga son inaceptables y carecen de fundamento, afirmó el abogado William Bourdon.

Los defensores argumentaron que la corte de Evry no es competente de procesar el caso. Como sus clientes “actuaron según la orden de un Estado, y en nombre del mismo”, son elegibles del derecho a la inmunidad judicial, argumentó el abogado Jean-Daniel Bretzner, de Monsanto.

Sin embargo, William Bourdon descartó ese argumento como irrelevante. “Nuestro rechazo se basa en las regulaciones nacionales, europeas y globales. Existen numerosos ejemplos en que compañías multinacionales intentaron imponer la fuerza mayor, que no se les puede responsabilizar por obedecer órdenes políticas. Confiamos porque la ley ha evolucionado para fortalecer la responsabilidad de los actores privados, incluso cuando proclamen que actuaron bajo la presión del gobierno,” explicó. 

Jean-Pierre Archambault, secretario general de la Asociación de Amistad Francia-Vietnam, evaluó que la sesión judicial constituye un avance importante en el caso que llevó adelante To Nga durante más de seis años. 

“Me parecen aterradores los argumentos de los abogadores de las multinacionales estadounidenses. Alegaron que actuaron según la orden del gobierno estadounidense, por lo que no tienen que asumir ninguna responsabilidad por producir herbicidas dañinos que provocaron dolor a millones de víctimas, incluso décadas después del fin de la guerra. La lucha de To Nga continuará y siempre recibirá nuestro apoyo,” aseguró. 

Mientras, Marie Toussaint, diputada del Partido Verde Europeo, repudió el argumento “erróneo” de los defensores de que ya no existe la dioxina en la sangre de To Nga.

Las empresas estadounidenses están intentando, a toda costa, deshacerse de los precios que deben pagar por la producción de la dioxina, declaró, al señalar que los hechos históricos patentizan que las armas nucleares utilizadas en la guerra no solo dañaron la tierra y a los seres humanos en aquellos momentos, sino que también dejaron graves secuelas en las generaciones posteriores. 

Algo similar ocurre con sustancias químicas tóxicas como la dioxina, y los productores no pueden justificarse aduciendo que lo hicieron por orden del gobierno estadounidense, porque ellos mismos las investigaron y experimentaron, y ofrecieron licitaciones para obtener el privilegio de suministrarlas al ejército del país norteamericano, ratificó.

“Necesitamos la justicia para construir la paz. Nadie tiene el derecho a producir tóxicos químicos que dañen a generaciones, tanto en la guerra como en la paz,” concluyó.

Por su parte, Jean-Marc Defrémont, alcalde de la ciudad de Savigny-sur-Orge, afirmó que los herbicidas producidos por las empresas estadounidenses destruyeron el medio ambiente en Vietnam. 

“Como ambientalistas, apoyamos la demanda de To Nga,” aseguró. 

Perdurable y difícil, lucha por justicia de víctimas de dioxina en Vietnam ảnh 2To Nga entrevistada por la prensa (Fuente: VNA)

Según lo previsto, el veredicto se emitirá en mayo, pero la lucha por la justicia para las víctimas de la dioxina en Vietnam se prolongará con muchas dificultades. Y To Nga, quien aún sufre enfermedades causadas por la contaminación de esa sustancia tóxica como diabetes tipo 2, neurastenia y tumores en diferentes partes del cuerpo, está determinada a proseguir el caso, como lo hizo durante más seis años.

To Nga, oriunda de la provincia survietnamita de Soc Trang, fue reportera de la Agencia Informativa de Liberación, se incorporó al campo de batalla en el Sur y fue afectada por la dioxina.

Un examen médico en Francia mostró que sobrevivió con niveles de dioxina en la sangre por encima de los estándares establecidos. Durante los últimos años, con la determinación de buscar justicia para las víctimas del Agente Naranja en Vietnam, presentó una demanda contra 26 empresas químicas estadounidenses que producían y comercializaban una gran cantidad de dioxina.

En el lapso 1961-1971, la aviación norteamericana roció sobre territorio vietnamita 80 millones de litros de herbicida que contenían 400 kilogramos de dioxina, uno de los componentes químicos más tóxicos reconocidos por el hombre. 

Fue la guerra química de mayor envergadura y de consecuencias más destructivas en la historia de la humanidad. Más de 4,8 millones de personas resultaron expuestas a la dioxina, de las cuales tres millones sufrieron afectaciones./.

VNA

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