Tran To Nga, nacida en 1942, trabajó comoperiodista y activista en Vietnam cuando tenía 20 años.
Presentó la demanda en 2014 contra 14empresas que fabricaban o vendían el químico altamente tóxico, incluidaMonsanto, ahora propiedad del gigante alemán Bayer, y Dow Chemical.
Con el respaldo de varias organizaciones nogubernamentales, To Nga acusa a esas compañías de ser responsables de laslesiones sufridas por ella, sus hijos e innumerables otras personas, así comopor los daños al medio ambiente.
“No lucho solo por mí, sino también por mishijos y millones de víctimas”, subrayó.
"Un reconocimiento de las víctimasciviles vietnamitas sería un precedente legal", dijo la especialista enderecho internacional Valerie Cabanes.
Sin embargo, el grupo Bayer cree que elAgente Naranja se produjo "bajo el control exclusivo del gobierno estadounidensepara fines militares especiales".
La demandante y su equipo de abogados planeanargumentar que las compañías productoras de la dioxina engañaron al Gobierno deEstados Unidos sobre la verdadera toxicidad de la sustancia química.
Según el plan original, el juicio se llevóa cabo en el suburbio de Evry en París en octubre de 2020, pero se pospuso debidoa la pandemia de COVID-19.
To Nga, oriunda de la provinciasurvietnamita de Soc Trang, fue reportera de la Agencia Informativa deLiberación. Se incorporó al campo de batalla en el Sur y fue afectada condioxinas.
Un examen médico en Francia mostró quesobrevivió con niveles de dioxinas en la sangre que estaban por encima de losestándares establecidos. Durante los últimos años, con la determinación debuscar justicia para las víctimas del Agente Naranja en Vietnam, presentó unademanda contra 26 empresas químicas estadounidenses que producían ycomercializaban una gran cantidad de dioxina.
En el lapso 1961-1971, la aviación norteamericana roció sobre territorio vietnamita 80 millones de litros de herbicida que contenían 400 kilogramos de dioxina, uno de los componentes químicos más tóxicos reconocidos por el hombre.
Fue la guerra química de mayor envergadura y de consecuencias más destructivas en la historia de la humanidad. Más de 4,8 millones de personas resultaron expuestas a la dioxina, de ellas tres millones sufrieron afectaciones./.