Durante la cita organizada de fórmula Arria, la asistente del SecretarioGeneral de la ONU encargada del Comité contra el Terrorismo (CTED), MichèleConinsx, destacó que a lo largo plazo la pandemia y sus impactossocioeconómicos crearán “condiciones favorables” para el terrorismo,especialmente en los países con situación política y económica frágil.
La política antiterrorista en el periodo pos-COVID-19 debe centrarse en ladistribución equitativa de vacunas, pedir una mayor coordinación de losesfuerzos globales y garantizar un enfoque integral, la igualdad y el respetopor los derechos humanos y la dignidad, dijo.
Los países afirmaron los compromisos de mantener la solidaridad contra elterrorismo y el extremismo violento, así como la necesidad de asegurar losderechos básicos de los seres humanos, facilitar la asistencia humanitaria,mejorar la capacidad nacional y el papel de las organizaciones regionales yCTED en esta lucha.
El embajador vietnamita Pham Hai Anh, subjefe de la misión vietnamita ante lasNaciones Unidas, calificó de importante la solidaridad, la cooperacióninternacional y la asistencia de los países regionales para descubrir, preveniry combatir el terrorismo, así como garantizar la recuperación sostenible en laetapa pospandémica.
Hizo hincapié en la necesidad de abordar las causas profundas del terrorismomediante el desarrollo económico, la reconciliación nacional y la construcciónde una sociedad justa, tolerante y autosuficiente contra el terrorismo y elextremismo. Las medidas antiterroristas son coherentes con los principiosfundamentales de la Carta de las Naciones Unidas y el derecho internacional./.