An Giang, Vietnam (VNA)- El primer ministro de Vietnam, Nguyen Xuan Phuc, presidió hoy en esta provincia sureña una conferencia destinada a buscar medidas para el desarrollo sostenible del sector arrocero en el delta del río Mekong.
El jefe de gobierno reconoció el papel de las empresas desde la producción hasta la venta del grano, en contribución a la garantía de alimentos y al desarrollo de la rama.
Dijo que el arroz desempeña un papel imprescindible en la agricultura nacional, el pilar de la economía vietnamita con un valor de exportaciones de más de 32 mil millones de dólares el año pasado.
Agregó que el 70 por ciento de la población vietnamita vive en las zonas rurales y cerca del 50 por ciento de los trabajadores nacionales laboran en los sectores agrícolas.
El arroz es uno de los productos agrícolas estratégicos en los que Vietnam tiene más ventajas que otros países, señaló el premier y recomendó centrarse en la producción de gran envergadura, la aplicación de las tecnologías en el procesamiento y la promoción de productos para obtener mayores gananacias.
El sector arrocero nacional está en un momento importante para la renovación, con un pensamiento creativo integral que va desde las políticas y las leyes como base hasta la estructura de operación y tecnologías de producción, enfatizó.
Subrayó la necesidad de tener una nueva visión y los planes adecuados a la tendencia actual de la globalización para que el arroz vietnamita satisfaga la demanda de consumo de Asia y el mundo, en beneficio de los cultivadores y empresas del sector.
Este país será no solo uno de los mayores exportadores del rubro, sino que en los próximos 10 a 20 años, el arroz producido por Vietnam generará mayor valor agregado al cumplir las demandas y criterios nutricionales mundiales, señaló.
Partiendo de ese espíritu, el jefe del Ejecutivo instó a la renovación integral del sector con avances en cuanto a la institución, políticas y modelos de desarrollo.
Sugirió soluciones como reconsiderar las cosechas sobre la base de los estudios científicos, no usar tierra agrícola para fines comerciales, resolver los problemas relativos a corredores y reestructurar de manera razonable los costos de producción.
También instó a la rama a prestar atención al mercado nacional con cerca de 100 millones de habitantes para evitar la invasión de las variedades de otros países.
Asimismo urgió a las localidades y al Ministerio de Agricultura y Desarrollo adoptar una política de seguridad alimentaria flexible.
Expresó su deseo de que esta conferencia abra un nuevo capítulo para el sector arrocero del Detal del Mekong, mayor granero del país, que conduzca una nueva manera que resulte en mayor productividad y efectividad en esta esfera.
El delta del Mekong no solo tiene un significado estratégico en defensa y seguridad, sino posee muchas ventajas para la producción agrícola y la cría de animales acuáticos, gracias a su extensiva y fértil superficie de tierre, así como abundante fuente acuífera proveniente del homónimo río.
Según un informe presentado en la reunión, Vietnam exportó 787 mil 235 toneladas de arroz en los dos primeros meses del año, por valor de más de 328 millones de dólares.
Esas cifras representan disminuciones del 18,5 por ciento en cantidad y 21,4 por ciento en el valor en comparación con igual lapso del año pasado.
Los mayores importadores son China al ocupar el 38 por ciento de las ventas vietnamitas, Filipinas (9%), Malasia (9) y Costa de Marfil (9).
Sin embargo, el sector arrocero del delta del Mekong sigue enfrentando muchos desafíos como el cambio climático, la sequía, la subida del nivel del mar y la instrusión de agua salada.
En la conferencia se propusieron soluciones como la transformación de los terrenos acuícolas ineficientes con el fin de dedicarlos a la cría de animales acuáticos y otras plantas con alto valor económico y la reorganización de los cultivos según la evolución del clima, el suministro de agua y otras condiciones necesarias para el crecimiento del arroz.
También se fijó la meta de que los arroceros reciban el 30 por ciento del valor total de las ganacias, que la superficie de siembra de las variedades certificadas ocupen más del 75 por ciento en 2020 y 100 por ciento en 2030, y que la pérdida post cosecha disminuya por debajo del ocho por ciento y la emisión de los gases de efecto invernadero se reduzca del 10 al 20 por ciento en comparación con la actualidad.-VNA
El jefe de gobierno reconoció el papel de las empresas desde la producción hasta la venta del grano, en contribución a la garantía de alimentos y al desarrollo de la rama.
Dijo que el arroz desempeña un papel imprescindible en la agricultura nacional, el pilar de la economía vietnamita con un valor de exportaciones de más de 32 mil millones de dólares el año pasado.
Agregó que el 70 por ciento de la población vietnamita vive en las zonas rurales y cerca del 50 por ciento de los trabajadores nacionales laboran en los sectores agrícolas.
El arroz es uno de los productos agrícolas estratégicos en los que Vietnam tiene más ventajas que otros países, señaló el premier y recomendó centrarse en la producción de gran envergadura, la aplicación de las tecnologías en el procesamiento y la promoción de productos para obtener mayores gananacias.
El sector arrocero nacional está en un momento importante para la renovación, con un pensamiento creativo integral que va desde las políticas y las leyes como base hasta la estructura de operación y tecnologías de producción, enfatizó.
Subrayó la necesidad de tener una nueva visión y los planes adecuados a la tendencia actual de la globalización para que el arroz vietnamita satisfaga la demanda de consumo de Asia y el mundo, en beneficio de los cultivadores y empresas del sector.
Este país será no solo uno de los mayores exportadores del rubro, sino que en los próximos 10 a 20 años, el arroz producido por Vietnam generará mayor valor agregado al cumplir las demandas y criterios nutricionales mundiales, señaló.
Partiendo de ese espíritu, el jefe del Ejecutivo instó a la renovación integral del sector con avances en cuanto a la institución, políticas y modelos de desarrollo.
Sugirió soluciones como reconsiderar las cosechas sobre la base de los estudios científicos, no usar tierra agrícola para fines comerciales, resolver los problemas relativos a corredores y reestructurar de manera razonable los costos de producción.
También instó a la rama a prestar atención al mercado nacional con cerca de 100 millones de habitantes para evitar la invasión de las variedades de otros países.
Asimismo urgió a las localidades y al Ministerio de Agricultura y Desarrollo adoptar una política de seguridad alimentaria flexible.
Expresó su deseo de que esta conferencia abra un nuevo capítulo para el sector arrocero del Detal del Mekong, mayor granero del país, que conduzca una nueva manera que resulte en mayor productividad y efectividad en esta esfera.
El delta del Mekong no solo tiene un significado estratégico en defensa y seguridad, sino posee muchas ventajas para la producción agrícola y la cría de animales acuáticos, gracias a su extensiva y fértil superficie de tierre, así como abundante fuente acuífera proveniente del homónimo río.
Según un informe presentado en la reunión, Vietnam exportó 787 mil 235 toneladas de arroz en los dos primeros meses del año, por valor de más de 328 millones de dólares.
Esas cifras representan disminuciones del 18,5 por ciento en cantidad y 21,4 por ciento en el valor en comparación con igual lapso del año pasado.
Los mayores importadores son China al ocupar el 38 por ciento de las ventas vietnamitas, Filipinas (9%), Malasia (9) y Costa de Marfil (9).
Sin embargo, el sector arrocero del delta del Mekong sigue enfrentando muchos desafíos como el cambio climático, la sequía, la subida del nivel del mar y la instrusión de agua salada.
En la conferencia se propusieron soluciones como la transformación de los terrenos acuícolas ineficientes con el fin de dedicarlos a la cría de animales acuáticos y otras plantas con alto valor económico y la reorganización de los cultivos según la evolución del clima, el suministro de agua y otras condiciones necesarias para el crecimiento del arroz.
También se fijó la meta de que los arroceros reciban el 30 por ciento del valor total de las ganacias, que la superficie de siembra de las variedades certificadas ocupen más del 75 por ciento en 2020 y 100 por ciento en 2030, y que la pérdida post cosecha disminuya por debajo del ocho por ciento y la emisión de los gases de efecto invernadero se reduzca del 10 al 20 por ciento en comparación con la actualidad.-VNA
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