Hanoi (VNA)- La Resolución 68-NQ/TW del Buró Político del Partido Comunista de Vietnam reconoce a la economía privada como “motor doble” junto con la estatal, y la Ley 93/2025/QH15 incorpora por primera vez el mecanismo de prueba controlada (sandbox) para ofrecer un marco legal flexible que permita a las empresas, especialmente startups, ensayar nuevas tecnologías y modelos de negocio.
Según el viceministro de Ciencia y Tecnologías Bui Hoang Phuong, el sandbox es un marco piloto que permite experimentar en un entorno limitado y con duración definida, bajo estrecha supervisión y con planes de contingencia para reducir riesgos.
La Ley de Ciencia, Tecnología e Innovación establece principios, objetivos, exenciones de responsabilidad civil, administrativa y penal dentro de los límites autorizados, así como la obligación de proporcionar información, advertir riesgos y compensar daños. Representa un cambio de enfoque en la gestión: del “control previo” al “control posterior”, de la “seguridad absoluta” a la “aceptación de riesgos controlados”.
Hanoi se proyecta como pionera con un modelo piloto en la Zona de Alta Tecnología de Hoa Lac, donde, según Tran Dac Trung, subdirector de la entidad gestora, ya están preparados la infraestructura, el personal y el marco legal, mientras varias empresas esperan el mecanismo para registrar proyectos.
El profesor asociado Huynh Dang Chinh, de la Universidad Politécnica de Hanoi, destacó que un sandbox eficaz debe basarse en tres factores: seguridad, incentivos financieros y conexión con el mercado para expandir resultados.
El modelo también se extiende al ámbito estudiantil mediante concursos como HR Sandbox 2025 (Universidad Nacional de Economía) o UII Sandbox 2025 (Universidad de Economía de Ciudad Ho Chi Minh). Estas iniciativas permiten a las startups lanzar productos en fases iniciales, recibir retroalimentación, disminuir el riesgo de fracaso y promover la transferencia de investigaciones universitarias hacia las empresas, lo que da lugar a spin-offs académicos, es decir, nuevas empresas creadas a partir de proyectos de investigación en instituciones de educación superior.
Sin embargo, la implementación del sandbox no está exenta de desafíos: la falta de experiencia en gestión de riesgos, el riesgo de que se perciba como “mecanismo privilegiado” si no es transparente, y la necesidad de contar con recursos financieros, humanos y tecnológicos suficientes.
Para que el sandbox sea realmente un motor del desarrollo privado, se requiere la participación coordinada de todo el sistema político. Aplicado de manera eficaz, impulsará a las empresas a invertir en ciencia, tecnología e innovación, en contribución al desarrollo de la economía digital y a la transformación digital nacional./.