Londres, 19 may (VNA)- Es difícil ver la liberación nacional, la reunificación o el camino hacia la paz y la independencia de Vietnam sin la presencia del Presidente Ho Chi Minh y el sello de su personalidad, según el historiador británico John Callow.
En una entrevista reciente con la Agencia de Noticias de Vietnam con motivo del 134º aniversario del natalicio del Presidente Ho Chi Minh (19 de mayo), John Callow destacó que Ho Chi Minh era una figura increíble en muchos niveles diferentes: patriota, revolucionario, patriota, erudito, poeta, político, teórico y gran marxista.
Y lo destacable de Ho Chi Minh es una humildad esencial, señaló el historiador británico y enfatizó que el Tío Ho no aparece como un señor de la guerra, una persona alejada del pueblo, sino que aparece como parte de los pobladores, como elemento vital dentro de ellos.
Según Callow, Ho Chi Minh fue un precursor que estaba en el camino hacia donde quería estar, hacia la gran visión de la unificación. Trazó una hoja de ruta muy clara para traer libertad y prosperidad a su país y a su pueblo. En algunos momentos al principio de su carrera, Ho Chi Minh estuvo absolutamente solo, dijo el académico británico, citando cuando estaba en la conferencia fundacional del Partido Comunista de Francia.
Su carrera revolucionaria fue muy larga, en la que aprendió sin cesar y siempre tuvo una idea de lo nuevo, lo que es uno de los secretos de la grandeza de Ho Chi Minh, un hombre que sabía combinar tantas facetas, un líder en el sentido más rico y democrático de la palabra, que podía inspirar a la gente, que entendía la cultura mundial y cultura vietnamita y combinó los legados progresistas del confucianismo con los legados positivos de Occidente.
El marxismo de Ho Chi Minh no era un dogma, no era algo que no pudiera aprobarse o aplicarse, sino una guía para la acción que era creativa, que podía adaptarse individualmente y utilizarse, sobre todo, al servicio del pueblo.
Por todos estos hechos, Ho Chi Minh fue verdaderamente notable. Un estadista mundial del más alto calibre que entendió el internacionalismo socialista a la perfección, que siempre vio la unidad: la unidad del Partido, del pueblo, pero también del movimiento socialista en general.
El historiador afirmó que hoy Vietnam está cambiando, estando en la escena global y operando en los mercados mundiales. El país se ha recuperado espléndidamente y su joven y vibrante población merece las cosas buenas de la vida. Cree que la dinámica creativa del Presidente Ho Chi Minh podría conducir sin problemas a los logros de la liberación nacional a través de las terribles luchas que inspiraron a generaciones de vietnamitas a seguir su llama, a seguir su camino y a hacer esos sacrificios por un mundo mejor./.