La antigua prisión de Son La, en la homónima provincia en el norte del país, se ha convertido hoy día en un símbolo del patriotismo y el heroísmo de los vietnamitas.
En la cárcel, todavía se conservan cientos de instrumentos de tortura como esposas, cadenas y clavos, así como objetos de los presos y los bajorrelieves que narran su situación.
El presidio fue construido en 1908 durante la época de la dominación francesa. Entre 1930 y 1945, fue utilizado para recluir a presos políticos. Conocido como un infierno en la tierra, incluye celdas oscuras de ladrillo y piedra muy duros. Sus altos muros de piedra, alambres de púas y vidrios rotos previnieron cualquier escape. Más de mil combatientes fueron encarcelados, muchos murieron aquí.
Las autoridades francesas estaban orgullosas de la fortaleza intocable. Pero en 1943, los revolucionarios Le Thanh Nghi, To Hieu, Nguyen Luong Bang, y muchos otros lograron salir de ese infierno.
En 1952, para borrar las huellas antes de su retirada de Son La, los colonialistas franceses destruyeron la prisión. El segundo ataque se llevó a cabo en 1965 por el Ejército de Estados Unidos. Después de la reunificación del país en 1975, el Museo de Son La ha desplegado labores de restauración para preservar el sitio histórico.
Con los años, la prisión y el melocotonero dentro se han convertido en una atracción turística. La planta nombrada To Hieu, en honor a un patriota que dirigió a los revolucionarios encarcelados y falleció en 1944 a 33 años de edad, se convirtió en un símbolo de la valentía y el espíritu luchador de los vietnamitas.-VNA
En la cárcel, todavía se conservan cientos de instrumentos de tortura como esposas, cadenas y clavos, así como objetos de los presos y los bajorrelieves que narran su situación.
El presidio fue construido en 1908 durante la época de la dominación francesa. Entre 1930 y 1945, fue utilizado para recluir a presos políticos. Conocido como un infierno en la tierra, incluye celdas oscuras de ladrillo y piedra muy duros. Sus altos muros de piedra, alambres de púas y vidrios rotos previnieron cualquier escape. Más de mil combatientes fueron encarcelados, muchos murieron aquí.
Las autoridades francesas estaban orgullosas de la fortaleza intocable. Pero en 1943, los revolucionarios Le Thanh Nghi, To Hieu, Nguyen Luong Bang, y muchos otros lograron salir de ese infierno.
En 1952, para borrar las huellas antes de su retirada de Son La, los colonialistas franceses destruyeron la prisión. El segundo ataque se llevó a cabo en 1965 por el Ejército de Estados Unidos. Después de la reunificación del país en 1975, el Museo de Son La ha desplegado labores de restauración para preservar el sitio histórico.
Con los años, la prisión y el melocotonero dentro se han convertido en una atracción turística. La planta nombrada To Hieu, en honor a un patriota que dirigió a los revolucionarios encarcelados y falleció en 1944 a 33 años de edad, se convirtió en un símbolo de la valentía y el espíritu luchador de los vietnamitas.-VNA