Jóvenes procedentes de distintas regiones de Vietnamdejaron sus seres más queridos para unirse al Frente y proteger la ciudadela deQuang Tri y la fortaleza –construida en el siglo XIX por la dinastía Nguyen. Noimportaban los bombardeos norteamericanos y el fuego de la tropa títere de Vietnam del Sur; no había miedo a moriry si mucho coraje; no flaquearon jamás frente a los 20 mil proyectiles de grantamaño que se dice caían en un solo día sobre aquella tierra, dejando muerte ydestrucción como macabros recuerdos.
Mientras recorre el sitio, Dao Hoang , miembro de la Asociaciónde Amistad Vietnam-Cuba, explica a esta periodista que “decenas de miles desoldados vietnamitas se fueron para siempre en este combate cruento”, sinlamentaciones, sin dolor, sin arrepentimientos, porque “para ellos su vida no valía nada en comparacióncon el amor que sentían por su patria y el compromiso que tenían con laindependencia nacional y la reunificación del país”.
Los viejos muros de la muralla de Quang Tri fuerontestigo de los sacrificios de los combatientes, del sonido ensordecedor de las bombas y, luego, de las lágrimas de milesde vietnamitas que supieron de la muerte de sus familiares más allegados en ladefensa de la antigua ciudadela y la fortaleza,y que hoy los recuerdan en este lugar sagrado.
En ese sitio se construyó un monumento en honor de loscaídos, una especie de sepulcro común de miles de combatientes que perdieron lavida en esa histórica ciudad.
“Se dice que en cada centímetro de esta tierra cayó unvietnamita; ellos murieron sin nombre, sin tumba, sin dirección, solo se sabeque eran muy jóvenes”, relata con palabras entrecortadas.
Dao Hoang conoceal dedillo la historia. Con el paso delos años, comenta, se supo de cartas –porque sus parientes las donaron al museode la ciudad- que soldados muy jovencitos escribieron antes de ir al campo debatalla. En una de ellas, comenta, unsoldado que luchaba en el Norte escribe a su esposa antes de ir a combatir alSur que “cuando leas estas letras es posible que ya no exista en esta vida,pero no te pongas triste porque me siento orgulloso de mi sacrificio por lapatria”.
En otra, cuenta, un estudiante de ingeniería tambiéncasado, le escribe a su madre en septiembre de 1972: “tanto trabajo criándomeusted a mi; no puedo cuidarte ningún día, pero mamá no llores que si muero mesentiré bien. Piensa que en la tierra junto a mi padre, que también murió en laguerra, siempre estaremos contigo”.
Mientras muestra algunas de las obras erigidas enhomenaje a los héroes, refiere a esta periodista cubana que ese mismo muchacho entregó a un amigo antes de ir a la guerra una misiva dirigida a su esposa, convencido de que iba a morir. “Ya no doy felicidad a ti, pero siente quesiempre te amo".
La guía que acompañó a los representantes de laAsociación Vietnam-Cuba y a los jóvenes de la Isla que estudian en este país ensu recorrido por el histórico lugar, explica muy emocionada como ocurrieron loshechos, mientras conmueven las lágrimas y la tristeza visible en los rostros delos visitantes locales. Tal parece que se desplazan al pasado y viven cadamomento descrito por ella.
La antigua ciudadela de Quang Tri, con una superficie de16 hectáreas, sufrió el sonido ensordecedor y el poder destructivo de unas 328mil toneladas de bombas lanzadas por las tropas estadounidenses, ocasionando lamuerte de decenas de miles de vietnamitas.
Hoy se ha convertido en un sitio para recordar a loscaídos. Aquí, como dice este amigo, no hay tumbas, porque el ensañamiento delenemigo fue tal que los cuerpos no se identificaron.Un monumento honra a losmártires, a quienes familias y visitantes ofrecen inciensos y flores, mientras81 placas de bronce recuerdan la misma cantidad de días y noches de combate,del 28 de junio al 16 de septiembre de1972.
La campaña de liberación de Quang Tri y el combate en defensa de la antigua ciudadelahomónima, junto con otras victorias, facilitaron el camino para la OfensivaGeneral en 1975.
El 27 de enero de 1973 representantes de Vietnam delNorte y del Sur, Estados Unidos y del Gobierno Revolucionario Provisionalsuscribieron los acuerdos de Paris, que establecían el cese del fuego y laretirada de las fuerzas norteamericanas del Sur.
Empero, la guerra siguió durante otros dos años, hastaque en abril de 1975 el Frente de Liberación Nacional alcanzó la victoria totalcon la toma de la antigua Saigón, hoy Ciudad Ho Chi Minh, y la unificación delNorte y el Sur, proclamándose la República Socialista de Vietnam en abril de1976.
Se conoce que durante las labores de restauración en elaño 2002 se encontró un túnel con restos de varios soldados, sin que sepudieran identificar. Se supone que sonmiles los combatientes los que están bajo estas tierras, quizás autores decartas, poemas e historias emocionantesque nunca se sabrán.-VNA
Por Mariela Pérez Valenzuela, especial para la AgenciaVietnamita de Noticias