Después de un largo viaje para repatriar a más de 200 ciudadanos vietnamitas deGuinea Ecuatorial, los miembros de la tripulación se sienten aliviados yentusiasmados por la exitosa misión.
¡Solo volver a casa es seguro!
El azafato Pham Xuan Truong de Vietnam Airlines, quien se ofreció comovoluntario para participar en este vuelo tan especial, expresó que durante sucarrera, esta es probablemente su travesía más memorable y emocional.
Según Truong, el avión Airbus A350 que transportaba a la tripulación, el grupode médicos y equipos sanitarios, aterrizó a las 13:30 (hora local) en elaeropuerto de Bata, una pequeña instalación con infraestructura pobre.
Afuera hacía mucho calor, pero más de 200 trabajadores vietnamitas esperabancada minuto el avión. Cuando este entró en la plataforma, Truong vio querespiraban aliviados, agitando las manos con caras alegres y llenas deesperanza, como tratando de disipar la fatiga causada por la enfermedad.
Después que se abrió la puerta de la aeronave, se entregaron más de 200 equiposde protección a los pasajeros junto con el reabastecimiento de combustible delavión. Este fue realmente un trabajo difícil para un aeropuerto local con soloun camión cisterna de 16 toneladas. Necesitaron hasta seis horas para obtenerotras 90 toneladas de combustible.
A medida que pasaba el tiempo y la lluvia empeoraba, cada grupo de cincopersonas caminaban corriendo para llegar al avión. Todos querían despedirserápidamente de África para regresar a su tierra natal, donde les esperaban susfamilias y amigos.
Al subir al avión, recibieron a los pasajeros aeromozas amables, la música ylas imágenes del país y la gente vietnamita en las pantallas, hizo que muchosvolvieran sentir cercana la Patria como si hubieran vuelto ya a casa.
A las 19:30 (hora local), el avión despegó hacia Hanoi, iniciando un viaje de13 horas.
Después de aproximadamente una hora del despegue, las señales de SOS sonaron enla cabina de los pasajeros positivos con el COVID-19 para pedir asistencia demédicos con casos de fiebre alta, dificultad respiratoria y diarrea.
Duranteel regreso de Bata, toda la tripulación debía llevar pañales desechables paralimitar el uso del baño. Durante las 37 horas del itinerario de ida y vueltaHanoi-Bata, todos los miembros de la tripulación sólo tomaron agua en unacabina presurizadas con sistema de purificación del aire y debieron ayunar todoel día.
“Cuando salió el sonido del orador anunciando que el avión estaba a punto deaterrizar en Vietnam, todos estaban emocionados y felices de volver a casa. Laalegría de los trabajadores de Guinea Ecuatorial que regresan a casa es tambiénla alegría de la tripulación. En el momento en que aterrizó el avión, todosestaban felices porque estaban a salvo”, recordó el azafato Nguyen Anh Tuan.
Al compartir sus sentimientos tras un largo vuelo, Tuan dijo sentirse muyorgulloso porque al final, después de tantas dificultades, trajo a casa a 219pasajeros a salvo.
Aunque la enfermedad del COVID-19 todavía es peligrosa, complicada eimpredecible, como él también Truong estará lista para viajar con sus colegas despuésde cumplir la cuarentena para repatriar a más connacionales./.