La reciente visita a Malasia, Singapur y Filipinas del primer ministro japonés, Shinzo Abe, fue su tercer viaje al Sudeste asiático desde su regreso al mando, lo que confirma la creciente importancia de la ASEAN en la política exterior de Tokio.

Abe llegó a Vietnam, Tailandia e Indonesia durante su primer viaje al extranjero en calidad de nuevo líder de la Nación del Sol Naciente, sólo un mes después de su toma de posesión, en diciembre de 2012.

El mayo pasado, Abe visitó Myanmar, también miembro de la Asociación de Naciones de Sudeste de Asia (ASEAN).

A todo ello se suma la organización a mediados de diciembre venidero de una reunión especial de alto nivel de la ASEAN-Japón en Tokio, en ocasión del aniversario 40 de las relaciones bilaterales.

Los observadores valoraron que las estancias aclaran la estrategia diplomática nipona hacia la región sudesteasiática.

Esta agrupación no es solo una abundante fuente de recursos naturales y mano de obra sino también el mayor receptor de inversiones de Japón.

Sudeste de Asia está en las rutas arteriales de Japón a Oriente Medio, el Golfo Pérsico, el Mediterráneo, Europa Occidental y el Pacífico Sur.

Según los investigadores, el 94 por ciento de las importaciones petroleras de Japón pasa por esta región.

La formación de una comunidad económica con gran potencial de desarrollo de la ASEAN genera otra atracción para Tokio, puesto que una activa participación en este dinámico proceso puede estimular industrias niponas.

Muchas empresas japonesas buscaron reorientar su inversión al sudeste de Asia en los últimos dos años, en esfuerzo de diversificar sus centros de producción en vez de concentrarlos en China.

Según estadísticas de la firma investigadora Dealogic, corporaciones del país del sol naciente dedicó en lo que va de 2013 una suma récord de ocho mil 200 millones de dólares para operaciones adquisición o fusión de empresas en Sudeste de Asia.

Entre ellas, sobresalen la compra de la entidad bancaria Mitsubishi UFJ del 75 por ciento de las acciones del Banco tailandés de Ayutthaya, por valor de cinco mil 600 millones de dólares, o la adquisición de 40 por ciento de las acciones del banco indonesio PT Tabungan Pensiunan Nasional de Sumitomo Mitsui.

Recientemente, el mayor grupo de fabricación de automóviles mundial, Toyota, anunció que invertirá unos 230 millones de dólares para la construcción su segunda fábrica de motores en Indonesia.

Según los analistas, esta tendencia se mantendrá en el futuro. A través del estrechamiento de las relaciones económicas, el gobierno japonés quiere continuar fortaleciendo los vínculos con el sudeste de Asia como un enfoque estratégico para la nueva etapa de desarrollo.

No es de extrañar que los temas de comercio e inversión dominaron las conversaciones entre Abe y dirigentes de Malasia, Singapur y las Filipinas, sobre todo, el Tratado de la Asociación Transpacífica.

Como declaró el propio primer ministro Abe antes de partir del aeropuerto de Haneda en Tokio para la gira sudesteasiática, Japón espera aprovechar la vitalidad de la ASEAN para recuperar su economía. -VNA