En ocasión del 40 aniversario de la histórica visita del comandante en jefe Fidel Castro a Vietnam, el líder de la Revolución Cubana publicó sus memorias sobre ese periplo. La Agencia Vietnamita de Noticias (VNA) presenta este artículo:


Fidel junto al Primer Ministro vietnamita Pham Van Dong en Septiembre de 1973. Foto: Estudios Revolución/Cubadebate

“... El 12 de septiembre se cumple el 40 aniversario de la visita de una delegación oficial de Cuba a Vietnam.

Volviendo a los recuerdos de mi visita a Vietnam, que motivaron estas líneas, no tuve el privilegio de conocer a Ho Chi Minh, el legendario creador de la República Socialista de Vietnam, el país de los anamitas, el pueblo del que tan elogiosamente habló nuestro Héroe Nacional José Martí en el año 1889 en su revista infantil La Edad de Oro.

El primer día me alojaron en la antigua residencia del Gobernador francés en el territorio de Indochina cuando visité ese hermano país en 1973, al que arribé el 12 de septiembre después del acuerdo entre Estados Unidos y Vietnam. Allí me alojó Pham Van Dong, entonces Primer Ministro. Aquel recio combatiente, al quedarse solo conmigo en el viejo caserón construido por la metrópoli francesa, comenzó a llorar. Excúseme, me dijo, pero pienso en los millones de jóvenes que han muerto en esta lucha. En ese instante percibí en su plena dimensión cuan dura había sido aquella contienda. Se quejaba también de los engaños que había utilizado Estados Unidos con ellos.


Fidel llega a la residencia de Pham Van Dong. 1973 septiembre. Foto: Estudios Revolución/Cubadebate

En una apretada síntesis utilizaré las palabras exactas de lo que escribí en la mencionada Reflexión del 14 de febrero de 2008 tan pronto tuve la posibilidad de hacerlo:

“Los puentes, sin excepción, a lo largo del trayecto, visibles desde el aire entre Hanoi y el Sur, estaban efectivamente destruidos; las aldeas, arrasadas, y todos los días las granadas de las bombas de racimo lanzadas con ese fin, estallaban en los campos de arroz donde niños, mujeres e incluso ancianos de avanzada edad laboraban produciendo alimentos.

“Un gran número de cráteres se observaban en cada una de las entradas de los puentes. No existían entonces las bombas guiadas por láser, mucho más precisas. Tuve que insistir para hacer aquel recorrido. Los vietnamitas temían que fuese víctima de alguna aventura yanqui si conocían de mi presencia en aquella zona. Pham Van Dong me acompañó todo el tiempo.

“Sobrevolamos la provincia de Nghe-An, donde nació Ho Chi Minh. En esa provincia y la de Ha Tinh murieron de hambre en 1945, el último año de la Segunda Guerra Mundial, dos millones de vietnamitas. Aterrizamos en Dong Hoi. Sobre la provincia donde radica esa ciudad destruida se lanzaron un millón de bombas. Cruzamos en balsa el Nhat Le. Visitamos un puesto de asistencia a los heridos de Quang Tri. Vimos numerosos tanques M 48 capturados. Recorrimos caminos de madera en la que un día fue la Ruta Nacional destrozada por las bombas. Nos reunimos con jóvenes soldados vietnamitas que se llenaron de gloria en la batalla de Quang Tri. Serenos, resueltos, curtidos por el sol y la guerra, un ligero tic reflejo en el párpado del capitán del batallón. No se sabe cómo pudieron resistir tantas bombas. Eran dignos de admiración. Esa misma tarde del 15 de septiembre, regresando por ruta diferente, recogimos tres niños heridos, dos de ellos muy graves; una niña de 14 años estaba en estado de shock con un fragmento de metal en el abdomen. Los niños trabajaban la tierra cuando un azadón hizo contacto casual con la granada. Los médicos cubanos acompañantes de la delegación les dieron atención directa durante horas y les salvaron la vida. He sido testigo ... de los bombardeos a Viet Nam del Norte...


Fidel visita a los combatientes vietnamitas en el campo de batalla. Septiembre de 1973

Lino Luben Pérez, periodista de la AIN, consignó en un artículo que publicó el 1 de diciembre de 2010, una frase que pronuncié el dos de enero de 1966 en el acto por el séptimo aniversario de la Revolución: a Vietnam “estamos dispuestos a darle no ya nuestra azúcar, sino nuestra sangre, ¡que vale mucho más que el azúcar!”.

En otra parte del referido artículo, el periodista de la AIN escribió:

“Por años, miles de jóvenes vietnamitas estudiaron en Cuba varias especialidades, incluidos los idiomas español e inglés, mientras otro considerable número de cubanos aprendieron allá su lengua.

“Al puerto de Haiphong, en el norte bombardeado por los yanquis, atracaron barcos cubanos cargados de azúcar y cientos de técnicos laboraron durante la guerra en ese territorio como constructores.

“Otros compatriotas fomentaron granjas avícolas para la producción de carne y huevos.”

“Consistió hecho trascendental el primer barco mercante de esa nación que entró en puerto cubano. Hoy, la colaboración económica estatal o empresarial y el entendimiento político entre los dos partidos y sus relaciones de amistad, se mantienen y multiplican.”

Ruego se me excuse el modesto esfuerzo de escribir estos párrafos en nombre de nuestra tradicional amistad con Vietnam.

Fidel Castro Ruz
Septiembre 10 de 2013
3 y 20 p.m.”





Fidel recorre las posiciones vietnamitas en medio de la guerra septiembre de 1973. Foto: Estudios Revolución/Cubadebate


Fidel en Viet Nam en septiembre de 1973, en plena guerra contra el imperialismo norteamericano y los vendepatrias del Sur, Foto: Estudios Revolución/Cubadebate


Combatientes vietnamitas saludan a Fidel durante su visita a las zonas de combate. Foto: Estudios Revolución/Cubadebate.


Campo de Batalla. Viet Nam septiembre de 1973. Foto: Estudios Revolución/Cubadebate



Combatientes vietnamitas. Septiembre de 1973. Foto: Estudios Revolución/Cubadebate


Fidel comparte con los dirigentes vietnamitas. Foto: Estudios Revolución/ Cubadebate