El valor del cargamento de colmillos de elefantes, procedente de la República Democrática del Congo, se estima enaproximadamente 12,9 millones de dólares y proviene de unos 300 paquidermossacrificados por inescrupulosos traficantes.
También fueron decomisadas, como parte del mismo lote, 11,9 toneladas de escamas de pangolín, por unvalor ascendente a unos 35,7 millones dedólares, que según cálculos provienen de dos mil animales.
Las escamas de pangolín y los colmillos de elefante incautados serán destruidos para impedir que acaben en el mercado,aseveró la Autoridad de Inmigración y Aduanas de Singapur.
Kim Stengert, director de comunicaciones del Fondo Mundial para la Naturaleza(WWF), explicó que Singapur siempre ha estado involuntariamente implicado en elcomercio global de marfil por dos razones: su conectividad global, así como lapresencia de un pequeño mercado interno donde, antes de la década de 1990, elmarfil se podía vender legalmente.
Los pangolines y los elefantes son especies protegidas en virtud de laConvención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Flora y Fauna Silvestres (CITES), de la que Singapur es parte.
Los pangolines, animales con aspecto de oso hormiguero y cuerpo cubiertode grandes escamas, habitan las zonas tropicales de Asia y de África. Seencuentran en riesgo de extinción.
Su carne es muy apreciada en algunos países asiáticos, y se le atribuyenpropiedades medicinales a sus escamas, a pesar de que estudios científicosprobaron que esa creencia es falsa.
En los últimos años la caza de pangolines aumentó un 150 por ciento enlos bosques de África central, según recientes reportes, y se considera que 2,7millones son cazados anualmente, principalmente en los bosques de Camerún,Guinea Ecuatorial, Gabón, República Democrática del Congo y República delCongo.-VNA