Agregó que el flujo de migrantes deRakhine a Bangladesh podrá seguir aumentando antes de que la situación seestabilice.
La cifra del éxodo ha saltadodrásticamente en comparación con el número de 164 mil personas registrado eljueves pasado.
Las autoridades de Bangladesh planeanconstruir un campamento que podría albergar un cuarto de millón de personas.
El pasado 25 de agosto, grupos deextremistas lanzaron ataques contra 30 puestos policiales del municipio deMaungdaw, cerca de la frontera con Bangladesh.
Cinco policías y siete insurgentesmurieron en el enfrentamiento desencadenado tras el ataque, que fuereivindicado por el Ejército de Salvación Rohingya de Arakan (ARSA), y al quese atribuye otra acción similar ocurrida el 9 de octubre de 2016, la cual cobróla vida de nueve policías.
El asalto tuvo lugar un día después deque una comisión liderada por el exsecretario general de las Naciones UnidasKofi Annan presentara al gobierno myanmeno un informe con recomendaciones paraponer fin a la violencia sectaria en Rakhine y promover el desarrollo de laregión.
Myanmar no reconoce a los rohingyascomo una de las etnias minoritarias y los llama bengalíes, o sea, migrantesilegales procedentes del vecino Bangladesh, a pesar de que residen en Myanmardesde mucho tiempo.
En los últimos tiempos muchos rohingyashuyeron a las naciones vecinas después de que el ejército myanmeno realizaraoperaciones contra los insurgentes, que según acusaciones del gobierno, sonmiembros de la Organización de Solidaridad Rohingya, un grupo armado que operadesde 1980.-VNA