Ha Giang, Vietnam, 17 feb (VNA) – La meseta kárstica de Dong Van se sitúa en la provincia norteña de Ha Giang, en el extremo norte de Vietnam, donde se encuentran paisajes pintorescos y montañas escarpadas pero grandiosas.
En 2010, la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia, La Cultura (UNESCO) reconoció este lugar como Geoparque Mundial.
Ubicada en el distrito Quan Ba, la meseta tiene una altura de mil a mil 600 metros sobre el nivel del mar con una superficie de dos mil 356 kilómetros cuadrados y se extiende por los distritos Quan Ba, Yen Minh, Meo Vac y Dong Van.
El 80 por ciento de esta zona está formada de piedra caliza que data de cientos de millones de años con huellas ligadas a la historia del desarrollo de la corteza terrestre.
Para cumplir el trayecto de Quan Ba a Dong Van, dos puntos a cada extremo del norte del país, los visitantes atraviesan 100 kilómetros de caminos pasando por lugares atractivos como la Puerta del Cielo Quan Ba y la montaña Co Tien.
Además de la reliquia nacional del reino Vuong y el asta de la bandera nacional Lung Cu, allí donde se pueden contemplar paisajes maravillosos ocultos en las nubes que rodean las montañas o escondidos tras los abetos chinos con follajes que se extienden hacia la luz del sol.
Además de los valores geológicos, este lugar es casa de numerosas etnias, tales como Mong, Dao, Tay, Nung, Lo Lo y Pu Peo llevando consigo un acervo cultural original.
Según las autoridades de la Administración del Geoparque Mundial de Dong Van, uno de los puntos más atractivos para los turistas, especialmente los extranjeros en la meseta kárstica de Dong Van son los valores culturales tradicionales de diferentes etnias.
Consciente de estas ventajas, la Administración recopila informaciones e investiga de modo integral todos los patrimonios, además de trazar planes de preservación de las reliquias al borde de exterminio.
En el recorrido por Dong Van, resaltan sesiones de mercado donde pobladores de minorías étnicas intercambien mercancías y visten atuendos tradicionales llenos de su identidad cultural en un ambiente estimulante con ecos derivados de cascos de caballo y silbidos de la muchedumbre.
Para las mujeres, la sesión de mercado es una oportunidad para ir de compras mientras que para los hombres es una ocasión para intercambiar con los amigos elevando la copa de aguardiente de maíz y tocando zampoñas originales de esta tierra.
La meseta es conocida también como tierra de flores de cerezo y de peral, melodías de birimbaos tradicionales y de zampoñas del pequeño grupo aborigen Mong, así como la resonancia de tambores de diferentes etnias en las fiestas.
La magnificencia de bosques y montañas, los paisajes naturales salvajes, la cultura y la hospitalidad de los nativos en esta tierra constituyen una fuerza atractiva especial para los turistas en Dong Van.-VNA