El vocero delsecretario general de la ONU, Stephane Dujarric, apuntó que el documento, suscritola víspera entre el gobierno myanmeno, el Alto Comisionado de las NacionesUnidas para los Refugiados (ACNUR) y el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), tienecomo objetivo garantizar una repatriación voluntaria, segura y sostenible.
Añadió que lamayoría de los musulmanes minoritarios Rohingya en Myanmar no poseen carné deidentidad ni derecho ciudadano después de abandonar su tierra natal.
En virtud de esememorando de entendimiento, el ACNUR coordinará con el gobierno del paíssudesteasiático los preparativos del regreso voluntario de los refugiados yevaluará los sitios donde se realizará de forma piloto la repatriación.
Mientras, el PNUDcooperará con Naypyidaw en la reconstrucción y desarrollo de esas comunidades.
El secretariogeneral de la ONU, Antonio Guterres, aplaudió el nuevo acuerdo, considerándolocomo el primer paso para identificar las causas del conflicto en Rakhine.
También llamó aMyanmar a enfrascarse en implementar el pacto, e instó a poner fin a laviolencia, recuperar la vida normal de los refugiados y ofrecer la asistenciahumanitaria a los mismos.
Mientras, elrepresentante del país asiático ante la ONU, Giuseppe De Vincentiis, manifestósu esperanza de que esa organización implemente el acuerdo lo más prontoposible, y aseguró que la primera fase de la evaluación de los sitios seleccionadospara la repoblación se concluirá en los próximos meses.
Sin embargo, admitióque una repatriación a gran escala no ocurrirá en el futuro cercano, dadas lascondiciones desfavorables en la actualidad.
Alrededor de 700mil musulmanes abandonaron sus viviendas en Myanmar para llegar a Bangladesh despuésde que el ejército desplegara operaciones militares contra rebeldes en Rohingyaen agosto de 2017.
Ambos países firmaronun acuerdo para la repatriación de los refugiados en noviembre pasado, pero soloun pequeño número de ellos regresaron a su tierra natal, debido a laspreocupaciones por su seguridad. – VNA