El cumplimiento de la meta trazada anteriormente de lograr un crecimiento de 6,8 por ciento en 2020 constituye el mayor reto para Vietnam en el contexto actual marcado por los impactos de la sequía, la salinización, la prolongación de la pandemia del COVID-19 y otras epidemias en animales domésticos y de corral.
Representantes del Ministerio de Planificación e Inversión (MPI) hizo esa valoración al dar a conocer el informe acerca de las afectaciones de la pandemia en el progreso socioeconómico del país, durante una reunión ordinaria del Gobierno efectuado el 12 pasado.
Según el informe, la evolución del mal se complica de forma impredecible y ha afectado todos los sectores del país.
Por otro lado, el mal provocará una escasez inmediata de mano de obra, la interrupción de las cadenas de suministro y los flujos comerciales, lo que provocará el retraso en la producción y los negocios.
Dos “guiones” de crecimiento económico
En la Resolución número 01 / NQ-CP, el Gobierno trazó el objetivo de lograr un crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) de 6,8 por ciento para 2020. Sin embargo, basándose en los impactos de la epidemia de COVID-19 en la economía, el Ministerio de Planificación e Inversión propuso dos escenarios: si se logra controlar el mal en el primer trimestre, el crecimiento interanual estimado en 2020 se situará en 6,25 por ciento, mientras que si se frena entre marzo y junio del año, la cifra será de 5,96 por ciento.
Con el fin de alcanzar la tasa de crecimiento de PIB de 6,8 por ciento para 2020, en virtud de la Resolución 01 en el contexto de que la epidemia de Covid-19 se controla en el primer o el segundo trimestre, el informe notifica que en la segunda mitad del año, la economía de Vietnam debe lograr un crecimiento excepcional.
Por otro lado, una de las exigencias planteadas es que se controle la peste porcina y la producción de carne de cerdo aumente en un 10 o 14 por ciento. Además, la industria de fabricación y procesamiento debe esforzarse por garantizar un aumento del 13,17 por ciento en el tercer trimestre (aproximadamente 2 puntos porcentuales más) y de 11,76 por ciento en el cuarto trimestre (más de 0,73 puntos).
El peor de los casos: el IPC promedio aumenta un 4,86 por ciento
Con respecto los impactos de la pandemia en el índice de precios al consumidor (IPC), se trazaron dos “guiones” de que: si el mal acabe en el primer trimestre, es probable que los precios de los productos alimenticios aumenten más en el segundo trimestre. Sin embargo, si la epidemia de Covid-19 termina en el período comprendido entre marzo y junio, los precios de los alimentos y productos frescos y de los bienes de consumo doméstico esenciales subirán, junto con los costes de la gasolina y el petróleo, que tienden a aumentar.
Por lo tanto, el primer escenario con el precio de los alimentos, alimentos, bebidas y prendas de vestir solo aumenta en las vacaciones de Tet (Nuevo Año Lunar), debido al aumento de la demanda y las afectaciones del COVID-19, se pronostica que el IPC promedio en 2020 ascenderá un 3,96 por ciento en comparación con 2019.
En tanto, en el segundo “guión”, el precio de los alimentos aumentará en aproximadamente un dos por ciento, debido al aumento de la demanda y los impactos del brote de influenza aviar H5N1.
Además, el precio de las materias primas de algunas industrias también subirá, como el aumento del coste de la gasolina en un cinco por ciento, del gas en 10 por ciento.
Por otro lado, debido a otros factores de los desastres naturales y el clima adverso como la sequía, la intrusión de agua salada, la escasez de recursos hídricos para la energía hidroeléctrica, entre otros, el IPC promedio en 2020 en aumentará en un 4,86 por ciento en comparación con el año pasado./.