París (VNA) – En un contexto de integración internacional cada vez más profunda, fortalecer la confianza de la comunidad vietnamita en el exterior se considera una clave esencial para movilizar de manera eficaz los recursos intelectuales globales al servicio del desarrollo nacional.
Los hechos demuestran que, cuando son respetados, escuchados e involucrados en un diálogo constructivo, los vietnamitas en el extranjero están plenamente dispuestos a aportar sus conocimientos, experiencia y apego a la Patria.
En declaraciones a la Agencia Vietnamita de Noticias (VNA) en París, Tran Thu Dung, intelectual vietnamita que reside desde hace muchos años en Francia, subrayó que la libertad de expresión es un valor universal que merece ser respetado.
No obstante, señaló que la expresión de opiniones debe ir siempre acompañada de responsabilidad, objetividad y espíritu constructivo. Las contribuciones orientadas a mejorar el país deben ser alentadas y valoradas, mientras que las posturas extremas, malintencionadas u hostiles no reflejan las aspiraciones comunes de la mayoría de los vietnamitas en el exterior, quienes desean ver a su país desarrollarse y prosperar.
Según Thu Dung, para que los diálogos con la diáspora sean realmente eficaces, es necesario adoptar un enfoque equilibrado, que reconozca tanto los logros alcanzados como los desafíos pendientes. Estos intercambios deben realizarse con respeto a la historia nacional y a los sacrificios de las generaciones anteriores, al tiempo que miran hacia el futuro. Una actitud de buena voluntad y libre de extremismos permitirá crear un espacio de diálogo sano, reforzar el consenso y consolidar la cohesión dentro de la comunidad vietnamita global.
Al valorar positivamente las orientaciones recientes del Partido y del Estado, Thu Dung destacó la creciente apertura de numerosos canales de contacto, encuentro y diálogo con los vietnamitas en el extranjero, así como la consideración de sus opiniones a través de la prensa y los medios de comunicación. Estas iniciativas reflejan un espíritu de reforma y de escucha, y afirman claramente la confianza depositada en el capital intelectual de la diáspora, contribuyendo a fomentar una participación más activa de esta en la construcción y el desarrollo del país en la nueva etapa.
Asimismo, señaló un cambio notable en los últimos tiempos, caracterizado por una actitud más abierta y una confianza cada vez más tangible, no solo hacia las generaciones de vietnamitas emigrados desde hace mucho tiempo, sino también hacia los jóvenes vietnamitas nacidos y criados en el extranjero. Esta confianza constituye, a su juicio, una condición previa para que quienes viven lejos de su país de origen se sientan respetados y escuchados, y estén así dispuestos a contribuir a la Patria de diversas maneras.
Thu Dung hizo especial hincapié en el papel de la joven generación de origen vietnamita en el exterior, a la que considera un “recurso valioso” y un “yacimiento inagotable de materia gris”. Cuando tienen acceso a la información y perciben una acogida abierta y un entorno respetuoso en Vietnam, estos jóvenes desarrollan de forma natural un sentimiento de confianza, reforzando su apego y su sentido de responsabilidad hacia la tierra de sus padres. Sin necesidad de establecerse de manera permanente, pueden contribuir de forma concreta al desarrollo del país a través de sus estudios, investigaciones, la transferencia de conocimientos o proyectos de cooperación vinculados a Vietnam.
Al evocar la historia nacional, Thu Dung recordó citando a un amigo periodista y escritor, que la fuerza singular del pueblo vietnamita reside en su profundo patriotismo y en su espíritu de solidaridad. Fue esta cohesión la que permitió a Vietnam superar grandes pruebas en el pasado, incluidas las guerras más duras, y que hoy sigue siendo la base para movilizar la fuerza colectiva de la nación, tanto dentro como fuera del país.
Desde su perspectiva como actora cultural, Tran Thu Dung consideró que, junto a la economía y la ciencia y la tecnología, la cultura debe ser reconocida como un pilar importante de la estrategia de acercamiento a la diáspora. Aunque no genera beneficios materiales inmediatos, la cultura ejerce una influencia duradera, penetrando profundamente en las conciencias y sensibilidades.
Las obras, exposiciones, iniciativas de preservación de la memoria histórica o de promoción de la soberanía marítima de Vietnam en el ámbito internacional constituyen aportaciones a largo plazo, que contribuyen a forjar la imagen del país ante los amigos extranjeros y las generaciones futuras.
En este sentido, expresó su deseo de que el Estado siga apoyando a las personas y organizaciones culturales vietnamitas en el exterior, para aprovechar plenamente este recurso al servicio del desarrollo sostenible de la Patria./.