Hanoi (VietnamPlus) – Casi 40 años después del lanzamiento de la causa "Doi Moi" (Renovación) en Vietnam, este movimiento ha dado como resultado un milagro de desarrollo económico para el país indochino, con una escala económica que se multiplicó por 106, transformándose de un país devastado por la guerra a un importante motor de crecimiento de la ASEAN.
De cenizas de guerra a estrella regional
Hace casi cuatro décadas, Vietnam era una nación devastada por la guerra, con una economía al borde del colapso.
En 1975, su Producto Interno Bruto (PIB) per cápita era de tan solo 80 dólares, lo que reflejaba las profundas cicatrices dejadas por décadas de conflicto. Los años posteriores a la reunificación fueron difíciles. Los esfuerzos por reactivar la economía bajo un sistema de planificación centralizada entre 1976 y 1985 tuvieron un éxito limitado, mientras el país atravesaba crisis económicas y sociales.
Un punto de inflexión se produjo en 1986 durante el VI Congreso Nacional del Partido Comunista de Vietnam (PCV). Esto marcó el nacimiento del Doi Moi, un cambio revolucionario en la estrategia económica que abrió las puertas a un rápido desarrollo.
El PCV priorizó tres programas económicos principales: impulsar la agricultura, desarrollar las industrias ligeras y artesanales, y fomentar selectivamente la industria pesada. Estos cambios representaron un cambio fundamental respecto a las políticas anteriores, adoptando un enfoque más orientado al mercado. Uno de los avances más significativos se produjo en la agricultura.

Las reformas liberaron el potencial productivo de los agricultores, transformando a Vietnam de un país con déficit de alimentos en uno de los mayores exportadores de arroz del mundo. Complementando esto, se aprobó la Ley de Inversión Extranjera de 1987, que amplió drásticamente la capacidad del país para atraer inversión extranjera directa (IED), abriendo la economía vietnamita a los mercados globales.
Los resultados fueron rápidos e impresionantes. Para 1990, el PIB de Vietnam se había multiplicado por 73 en comparación con 1986. El crecimiento fue generalizado: la agricultura, la silvicultura y la pesca se multiplicaron por 74, la industria y la construcción por 53, y los servicios por 88. La tasa promedio de crecimiento del PIB entre 1987 y 2024 se situó en torno al 6,67 % anual, una de las más altas del mundo, lo que sitúa a Vietnam entre los líderes económicos regionales del Sudeste Asiático.
Para 2024, el PIB de Vietnam se disparó hasta aproximadamente 476,3 mil millones de dólares, casi 106 veces el nivel de 1986. La renta per cápita se multiplicó por más de 60, hasta situarse en torno a los 4.700 dólares, lo que permitió al país salir del grupo de bajos ingresos en 2008.

Junto a este impresionante crecimiento cuantitativo se produjo una transformación estructural: la contribución de la agricultura al PIB se redujo de casi el 37 % en 1986 a menos del 12 % en 2024, mientras que la industria y los servicios crecieron hasta el 38 % y el 42 %, respectivamente. Vietnam se integró de forma intensa y extensa en la economía mundial, con un volumen total de importación y exportación que se multiplicó por 267, lo que lo convirtió en uno de los países con mayor apertura comercial.
Nuevos desafíos
A pesar de estos extraordinarios logros, los expertos advirtieron que el camino por delante está plagado de desafíos.El modelo de crecimiento de Vietnam aún depende en gran medida de mano de obra barata e inversión de capital. Las ganancias de productividad y la innovación, en particular en ciencia y tecnología, no han seguido el ritmo. La transformación estructural de la economía va a la zaga de sus pares regionales; por ejemplo, la participación de la agricultura en el PIB de Vietnam en 2023 fue comparable a la de Tailandia en 2011 y la de Malasia en 1996, lo que demuestra que hay margen de mejora.
Los cambios globales, como la transición verde y la transformación digital, presentan tanto oportunidades como presiones. Si bien estas tendencias podrían ayudar a Vietnam a avanzar hacia un crecimiento más sostenible e impulsado por la tecnología, el país enfrenta limitaciones para absorber nuevas tecnologías y carece de mecanismos sólidos de financiación verde. Además, en medio de la rivalidad tecnológica entre Estados Unidos y China, los países necesitan una estrategia equilibrada y flexible para evitar la dependencia excesiva y fortalecer la autosuficiencia tecnológica.

La ubicación de Vietnam también ofrece la oportunidad de beneficiarse de la "relocalización de países aliados" (la reubicación de las cadenas de suministro a países políticamente alineados), lo que podría impulsar la entrada de IED. Sin embargo, sin mejoras en infraestructura, logística, capacidad empresarial y un mayor contenido nacional en la producción, Vietnam corre el riesgo de seguir siendo un mero centro de ensamblaje en lugar de un verdadero centro de innovación.
Para abordar estos desafíos y hacer realidad su visión para 2045 de convertirse en una nación desarrollada y de altos ingresos, el XIII Congreso Nacional del PCV identificó la necesidad de una "segunda Renovación". Esta renovación estratégica se centra en la revisión del modelo de crecimiento, la reestructuración de la economía y el fomento de la innovación.

Los expertos recomiendan una serie de prioridades políticas: mantener la estabilidad macroeconómica, profundizar las reformas institucionales, mejorar el entorno empresarial, invertir en ciencia y tecnología, modernizar la infraestructura y promover el desarrollo del capital humano en consonancia con las demandas de la Industria 4.0.
También se requiere especial atención para fortalecer la gestión estatal con un aparato gubernamental más ágil, transparente y eficiente. Igualmente importante es fomentar un sector privado dinámico, incluyendo la formación de conglomerados económicos modernos que puedan impulsar el crecimiento de la alta tecnología y el dinamismo económico.
Un elemento crucial en esta nueva etapa es el desarrollo de servicios intensivos en conocimiento, como el turismo, la aviación, las tecnologías de la información y la atención médica de alta calidad, a la vez que se mejora la eficiencia de la inversión pública en áreas poco atractivas para la inversión privada.

En resumen, el notable éxito de la renovación económica de Vietnam durante los últimos 40 años lo ha transformado de una de las naciones más pobres a una estrella brillante en crecimiento en la economía global.
Sin embargo, con la mirada puesta en 2045, el país debe adoptar una senda de crecimiento audaz, innovadora y sostenible: una "segunda Renovación" que aproveche la ciencia, la tecnología y el talento humano para construir una economía independiente, resiliente y próspera. Con la voluntad colectiva del gobierno, la comunidad empresarial y el pueblo, Vietnam está listo para embarcarse en esta prometedora nueva era./.