Hanoi (VNA) - En el contexto de una transformación profunda hacia un modelo de gobernanza moderno, eficaz y centrado en el desarrollo sostenible, Vietnam ha iniciado una ambiciosa reforma de racionalización del aparato estatal. Este proceso, definido por el secretario general del Partido Comunista de Vietnam, To Lam, como “una cuestión urgente”, constituye no solo una reestructuración administrativa, sino una apuesta estratégica para posicionar al país como una de las economías líderes de Asia y del mundo en las próximas décadas.
Tres voces internacionales, a saber, el periodista cubano Moisés Pérez Mok, el embajador de México en Vietnam Alejandro Negrín Muñoz y el investigador Gastón Fiorda, experto en asuntos del Sudeste Asiático de la Radio Nacional Argentina, aportan sus perspectivas sobre esta transformación histórica, destacando tanto sus implicaciones internas como su impacto en el plano internacional.
Una reforma estructural para acelerar el desarrollo nacional
Para Moisés Pérez Mok, jefe de la corresponsalía de la Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina en Hanoi, la reforma vietnamita no tiene precedentes por su profundidad y cobertura. “Estamos hablando de una reestructuración administrativa, política y territorial que prácticamente va a hacer que surja un nuevo Vietnam con menos provincias, un aparato gubernamental más reducido y con perspectivas de desarrollo inmediato”, explicó.

La urgencia de este proceso responde a los ambiciosos objetivos nacionales: convertir a Vietnam en un país de ingresos medios-altos para 2030 y en una nación desarrollada con altos ingresos para 2045. Para lograrlo, es fundamental liberar recursos hoy destinados al sostenimiento de una gran estructura burocrática. Según datos de 2022, el número de funcionarios y empleados públicos superaba los 2,2 millones, y el gasto recurrente representaba el 70% del presupuesto estatal, con una gran parte dedicada al pago de salarios.
“La racionalización no solo reduce costos, sino que libera recursos para sectores estratégicos como la educación, la salud y la infraestructura tecnológica”, subrayó Pérez Mok. En ese sentido, el proceso responde también a una nueva visión del desarrollo: un aparato público más compacto, eficaz y orientado a resultados.
“Dos revoluciones, un solo objetivo”: racionalización y transformación digital
La sinergia entre la racionalización del aparato estatal y la transformación digital ha sido definida como “dos revoluciones con un solo objetivo”. Al respecto, el embajador Alejandro Negrín Muñoz, señaló que Vietnam y México comparten una visión estratégica sobre el rol de la tecnología en la modernización del Estado.
“El secretario general del Partido Comunista de Vietnam ha definido con claridad la necesidad de fomentar una ola de emprendimiento, innovación y adopción de tecnologías emergentes”, indicó el diplomático. Para ello, se promueve un ecosistema robusto de startups, incentivos fiscales para empresas innovadoras y entornos regulatorios seguros para sectores como la inteligencia artificial, blockchain y fintech.
Esta visión también está presente en la estrategia de desarrollo económico de México. La presidenta mexicana Claudia Sheinbaum ha impulsado la creación de una Agencia de Transformación Digital y Telecomunicaciones con el objetivo de digitalizar los trámites gubernamentales y reducir la burocracia. Además, el país latinoamericano ha invertido en el desarrollo de semiconductores, electromovilidad, industria aeroespacial y farmacéutica, buscando articular un modelo de crecimiento tecnológico y sostenible.

Según Negrín Muñoz, “la transformación digital es un eje articulador del desarrollo, no solo en términos económicos, sino también en términos de gobernanza, equidad y sostenibilidad”.
Una reestructuración pensada con justicia social
Desde Argentina, Gastón Fiorda, quien también es especialista del Grupo de Estudios del Este Asiático del Instituto de Investigaciones Gino Germani en Buenos Aires, destacó que la reforma vietnamita, si bien tiene puntos en común con procesos de ajuste estructural vividos en otros países, se diferencia por su enfoque centrado en el bienestar del ciudadano.
“El proceso de racionalización en Vietnam se parece al que comenzó Argentina en 2023, en cuanto a la reducción del aparato estatal. Pero la diferencia crucial es que en Vietnam se ha hecho con una mirada solidaria hacia los trabajadores afectados”, significó Fiorda.
A diferencia de Argentina, donde el ajuste ha implicado despidos sin redes de contención, en la nación indochina se han implementado políticas específicas como seguros de desempleo, asistencia médica, formación profesional y apoyo para la reinserción laboral. Esto ha permitido mantener el apoyo social al proceso de reforma, evitando rupturas traumáticas en el tejido laboral del país.
“Si Vietnam profundiza esta dimensión social de la reforma, estoy convencido de que podrá mantener el alto nivel de adhesión ciudadana que hasta ahora ha tenido”, añadió el investigador argentino.

Lecciones internacionales y experiencias compartidas
Los tres entrevistados coinciden en que Vietnam no parte de cero, sino que está aplicando una estrategia basada tanto en su experiencia de 40 años del proceso de Renovación (Doi Moi), como en lecciones aprendidas de otros modelos internacionales. Desde Corea del Sur hasta México y Argentina, existen ejemplos valiosos sobre cómo implementar reformas estructurales sin perder de vista el desarrollo humano.
México, por ejemplo, ha emprendido reformas estructurales con énfasis en la industrialización regional, el fortalecimiento del sector tecnológico, y una visión de género que pone a las mujeres en el centro del desarrollo. La creación de 100 nuevos parques industriales, el impulso a la electromovilidad, la digitalización de servicios y la expansión ferroviaria son algunos de los ejes que podrían servir de inspiración para Vietnam.
Por su parte, Argentina ofrece una advertencia: un proceso de reforma sin atención a la dimensión social puede generar resistencias y debilitar la legitimidad del Estado. En ese sentido, la experiencia vietnamita, que combina reestructuración con protección social, aparece como un modelo equilibrado y humanista.
Hacia una gobernanza más eficiente, justa y resiliente
La racionalización del aparato estatal en Vietnam no es una operación meramente técnica ni administrativa. Es, como señaló el periodista Moisés Pérez Mok, “una transformación inédita, que dará lugar a un nuevo Vietnam”. Y es, al mismo tiempo, una apuesta política, económica y social por construir un Estado moderno, digital, justo y preparado para afrontar los desafíos del siglo XXI.
El embajador Negrín Muñoz lo expresó con claridad: “No me cabe duda de que Vietnam logrará cumplir todas sus grandes metas nacionales”. Mientras que Gastón Fiorda advirtió que la clave del éxito radicará en mantener el compromiso con los trabajadores y con el capital humano, sello distintivo de la revolución vietnamita.
Con acciones decididas, liderazgo político firme y el respaldo de políticas sociales bien diseñadas, Vietnam se encamina hacia una nueva era de prosperidad inclusiva y desarrollo sostenible. Una revolución silenciosa pero profunda, con la vista puesta en el futuro y los pies firmes en los valores que han sostenido al país en su camino hacia el ascenso nacional./.

Revolución en la racionalización del aparato estatal: el motor del ascenso de Vietnam hacia el desarrollo
En 2025, Vietnam ha iniciado una profunda reforma administrativa conocida como la “Revolución de racionalización del aparato estatal”. Esta transformación busca fortalecer la gobernanza nacional y es clave para alcanzar su ambicioso objetivo de convertirse en un país desarrollado y con altos ingresos en 2045. Con la firme dirección del Partido Comunista y el Gobierno, Vietnam avanza hacia un modelo estatal más eficiente, transparente y competitivo en el contexto internacional.

La racionalización del aparato estatal en Vietnam: una misión impostergable
Vietnam inicia una reforma clave para modernizar su sistema político, reducir la burocracia y fortalecer la eficiencia del Estado, según el secretario general del Partido Comunista de Vietnam (PCV), To Lam.