La cifra fue cercana al crecimiento de 5,01 por ciento pronosticado por laagencia Reuters y menor a la expansión del 5,05 por ciento en el segundotrimestre.
Aunque Indonesia, la mayor economía del Sudeste Asiático, depende más de lademanda interna, su crecimiento también se ha visto afectado por ladesaceleración del comercio mundial, ya que la disputa arancelaria entreEstados Unidos y China afectó sus exportaciones. Eso a su vez ha incididonegativamente en el consumo interno en general.
El Banco de Indonesia (BI) redujo las tasas de interés cuatro veces en un totalde 100 puntos básicos desde julio, y se espera que las disminuya nuevamente enlos próximos meses.
El presidente indonesio, Joko Widodo, quien ganó la reelección en abrilprometiendo más oportunidades de inversión, está bajo presión para evitar unafuerte recesión.
Sin embargo, Widodo tiene poco margen para abrir la llave fiscal, ya que losingresos del Gobierno se han visto afectados por las débiles gananciascorporativas y la desaceleración más amplia.
En su toma de posesión el mes pasado, el mandatario reiteró sus ambiciososplanes de convertir a Indonesia en una de las cinco economías más importantesdel mundo para 2045, con un Producto Interno Bruto (PIB) de siete billones dedólares. Para lograrse ese propósito, la inversión debe desempeñar un papelmucho más importante.
Como reflejo de la disminución de las expectativas, el ministro de Finanzas,Sri Mulyani Indrawati, recortó en agosto la perspectiva de crecimiento del PIBde 2019 a 5,08 por ciento, en comparación con un objetivo inicial del 5,3 porciento.
El 4 de noviembre, dijo que el déficit fiscal podría ampliarse al dos porciento del PIB este año, frente al 1,84 por ciento planeado originalmente,debido a las presiones de ingresos./.