En la actualidad 130 milpersonas de esta comunidad viven en el territorio situado en el noroestedel país, representando el 13 por ciento de la población local yconcentrándose en los declives accidentados de las montañas que seencuentran en su mayoría en una altitud de más de mil metros.
Los Mong celebran el Tet a partir del 31 de noviembre en el calendariolunar, que este año cae a finales de enero, y las fiestas pueden tenerlugar durante 15 días.
Las mujeres, arropadas concoloridos vestidos tradicionales, aprovechan la ocasión para demostrarsu destreza en elaborar los pasteles de harina de maíz y arroz, mientraslos ancianos reunidos al lado de un gran vaso de alcohol de zaraintercambian las felicitaciones por el Nuevo Año y los deseos por unabuena salud y próspera vida.
Durante la primavera,“estación del amor”, los jóvenes se agrupan en los patios comunitariospara participar en los concursos de “bailando el trompo” y “Nem Pao”(juego folclórico en que un chico y una chica tiran al otro una pelotitade tela colorida, y si un muchacho siente afecto hacia una muchachaguardará la bola).
Una cosa imprescindible en lasfiestas de los Mong es el Khen (flauta de seis tuberías de bambú), uninstrumento que utilizan los chicos para expresar su amor.
Trang A Chu, oriundo de la comuna Van Ho, dijo socarronamente que quien no sabe tocar el Khen no es un verdadero Mong.
En las fiestas del Tet, los hombres utilizan este instrumento paraacompañar las alegres canciones sobre la vida, el amor y la amistad, y ala vez los espectadores hacen círculo alrededor del artistainterpretando una danza típica en armonía con la música.
Las mozas, que llevan sus más bellos vestidos, una bufanda de velo yun pequeño paraguas, unen su voz con la masculina en las melodíastransmitidas de generación a generación que fascinan a todo el pueblo.
Ahora la condición de los Mong ha cambiado mucho,tanto en el aspecto material como en el espiritual. El Tet resulta máscompleto cuando las familias dejan atrás la pobreza precaria y lascostumbres retrógradas.
Gracias a los esfuerzos delas autoridades locales por divulgar a la población el nuevo estilo deproducción y vida desaparecieron las fiestas prolongadas einnecesariamente costosas, el matrimonio prematuro y el hábito decultivar y consumir la adormidera.
Con lascivilizadas celebraciones del Tet, la comunidad abre un nuevo añorepleto de nuevas oportunidades para el desarrollo socioeconómico, comocontribución a la preservación de su singular identidad cultural. – VNA