El jefe de la Policía tailandesa, Somyot Pumpanmuang, vinculó, por primera vez de manera clara, el mortal atentado del mes pasado en un santuario de Bangkok con el tráfico de personas musulmanas uigures desde China a Turquía.
Somyot señaló en rueda de prensa ayer que el ataque que cobró la vida de 20 personas y causó más de un centenar de heridos, fue una venganza de las mafias de tráfico humano afectadas por la campaña desplegada por las autoridades locales contra la transportación ilegal de uigures de un país a otro.
Desde la apertura de la investigación por el atentado ocurrido en la capital tailandesa, las autoridades han evitado utilizar la palabra “uigur”.
En los últimos días, varios indicios han apuntado a este grupo. Uno de los dos sospechosos interrogados, Yusufu Meerailee, viajaba con pasaporte chino que indicaba como lugar de nacimiento Xinjiang, región del oeste de China donde vive esta minoría musulmana turcófona.
El domingo, un tribunal de Bangkok emitió una orden de arresto contra un ciudadano chino llamado Abudureheman Abudusataer, alias "Ishan", al que considera el cerebro del atentado. El sujeto de 27 años de edad también es originario de la región china de Xinjiang.
Las autoridades tailandesas han evitado describir el atentado como un acto de terrorismo porque temen que pueda dañar la imagen de la nación como destino turístico.
Al principio de agosto, Tailandia deportó a China más de un centenar de uigures. – VNA