La economía vietnamita, fundamentalmente agrícola en 1945, era atrasada y de pequeña escala, mientras que la producción industrial era muy modesta y lisiada. Después del triunfo de la Revolución de Agosto en 1945, el país vivía un escenario marcado por numerosas dificultades, una economía agotada y presupuesto casi vacío. Ese contexto planteó al Partido Comunista y también al Gobierno de Vietnam tareas urgentes: construir, consolidar el gobierno revolucionario y las fuerzas armadas populares, a la par de luchar contra las intrigas y actividades de sabotaje y también la invasión de las fuerzas hostiles, y de recuperar y desarrollar la producción, así como superar las consecuencias de la pobreza y las inundaciones, entre otras dificultades.
Con una dimensión de casi cero dólares en 1945, el Producto Interno Bruto de Vietnam ascendió a 14 mil millones de dólares en 1985 y a 267 mil millones de dólares en 2019, para situarse así en el lugar 46 en la clasificación mundial.
En el informe integral realizado en 2016, el Banco Mundial subrayó que de uno de los países más pobres una sola generación atrás, Vietnam emerge hoy como una nación de ingreso medio y una economía dinámica. De una posición fuera del giro comercial mundial en el momento en que comenzó la empresa de transformación, Vietnam se alza hoy en un país con un volumen de exportación admirable y un gran destino de los flujos de inversión extranjera directa.
La industria sobresale entre los sectores con mayores contribuciones a la economía y se considera uno de los pilares del desarrollo nacional. Después de la escasez prolongada, a partir de 1989, el país devino un país exportador de alimentos. Los problemas relativos a la seguridad se resolvieron de forma integral y radical. Vietnam es hoy una de las “potencias” en la exportación de productos agrosilvícolas y acuícolas en el mundo, con 10 renglones cuyo volumen de exportación supera los mil millones de dólares.
La industria, el procesamiento y la manufactura registran una renovación integral con la aplicación de las tecnologías avanzadas. Los servicios experimentan un incremento relativamente alto, mientras el turismo crece a un ritmo galopante para convertirse en el nuevo motor del desarrollo de Vietnam.
En cuanto a la integración económica internacional, Vietnam ha tomado parte activa en las negociaciones y la firma de los Tratados de Libre Comercio (TLC). Hasta el momento, Hanoi rubricó 16 TLC y tiene relaciones comerciales con 224 socios. El país indochino estableció relaciones con más de 500 organizaciones internacionales como el Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional y el Banco Asiático para el Desarrollo. Un total de 71 países reconocieron a Vietnam como una economía de mercado.
Recientemente, en la ceremonia conmemorativa por el aniversario 75 del Día Nacional de Vietnam (2 de septiembre), el primer ministro Nguyen Xuan Phuc evaluó que el 2020 es un año especial dado que la pandemia del COVID-19 no es solo una crisis sanitaria, sino que provoca incertidumbres en el mundo con graves daños a la salud y la vida humana, la economía, el comercio, la inversión, la política y la sociedad. A pesar de los impactos negativos de la epidemia, la economía vietnamita sigue estable con un aumento del Producto Interno Bruto de casi dos por ciento en el primer trimestre del año y un superávit comercial de unos 11 mil millones de dólares contabilizados entre enero y agosto.
El gobierno vietnamita ha realizado de manera efectiva su papel constructivo para el desarrollo y está determinado a actuar para impulsar una economía sostenible y resiliente, la cual será transformada a una economía digital con la satisfacción del público como barómetro de su eficiencia. Durante los últimos 75 años, Vietnam ha conseguido desarrollar una economía dinámica de fortalezas y prosperidad./.