Vietnam y Bélgica unen esfuerzos por un mundo libre de las secuelas de la dioxina

Vietnam y Bélgica cooperan en la limpieza de suelos contaminados por dioxina con tecnología avanzada, generando impacto ambiental y social positivo.

Fumigación y tratamiento de dioxinas en el aeropuerto de Bien Hoa. Foto: VNA
Fumigación y tratamiento de dioxinas en el aeropuerto de Bien Hoa. Foto: VNA

Bruselas (VNA) – Medio siglo después del fin de la guerra en Vietnam, las secuelas del Agente Naranja/dioxina siguen dejando graves consecuencias tanto para los seres humanos como para el medioambiente. En su empeño por superar las consecuencias del conflicto, Vietnam ha recibido una activa cooperación y apoyo de la comunidad internacional, entre ellos Bélgica, un socio con gran buena voluntad y sentido de responsabilidad.

En un centro de investigación de Haemers Technologies SA (Bélgica), los expertos se concentran en estudiar y perfeccionar una tecnología de tratamiento de suelos contaminados con dioxina mediante pirolisis a alta temperatura. En este proceso, el suelo contaminado se introduce en un sistema de tratamiento de ciclo cerrado, donde la dioxina se descompone completamente sin generar residuos sólidos, líquidos ni gaseosos.

Jan Haemers, director general de Haemers Technologies, explicó que la tecnología exclusiva de la empresa se basa en un método intensivo de tratamiento térmico (desorción térmica). El sistema calienta el suelo a altas temperaturas para vaporizar los compuestos nocivos, que luego se recogen y se incineran a temperaturas de hasta 1.200 grados Celsius, destruyendo completamente la dioxina.

Esta tecnología ha sido probada en la base aérea de Bien Hoa, bajo la supervisión del Ministerio de Defensa y de las autoridades vietnamitas competentes. El proyecto ha recibido apoyo financiero del Fondo Aquitara Impact (Bélgica). Completó con éxito la fase de prueba en 2022 y actualmente espera aprobación para su ampliación.

Haemers destacó que, además de proporcionar la tecnología, la empresa se centra en transferir conocimientos técnicos a ingenieros vietnamitas, ayudándoles a dominar el proceso y garantizando su sostenibilidad a largo plazo.

Este espíritu de cooperación se evidenció claramente en el seminario “Tecnologías de remediación del suelo en Vietnam”, organizado por la Alianza Belga-Vietnamita (BVA) en Bruselas a finales de septiembre. En el evento, expertos, empresas y fondos de inversión compartieron experiencias y debatieron soluciones para ampliar el proyecto.

Según Haemers, la tecnología de la empresa no solo trata completamente el suelo contaminado en Bien Hoa, sino que también tiene la capacidad de regenerar la tierra, transformando terrenos contaminados en recursos utilizables para la agricultura, creando así un doble valor ambiental y económico.

Por su parte, Franc Bogovic, representante del Aquitara Impact, afirmó que el fondo persigue un doble objetivo: la limpieza ambiental y la promoción del desarrollo socioeconómico. Un modelo destacado es la tienda An Vui Mart en la provincia de Dong Nai, donde familias de víctimas del Agente Naranja participan directamente en su gestión. Este modelo contribuye a generar medios de vida estables y apoya su reintegración en la comunidad. Tras ocho semanas de operación, An Vui Mart ha mostrado resultados positivos, demostrando el potencial de combinar de manera armoniosa la restauración ambiental y el desarrollo humano.

Además de la contribución empresarial, muchas personas belgas también han aportado de manera significativa a Vietnam. Durante más de diez años, Chris Geyskens, presidenta de la rama belga de la Asociación Vietnamita de Víctimas del Agente Naranja/Dioxina en Hoi An (VAVA Hoi An), ha organizado anualmente el torneo benéfico de golf “Vietnam Ambassador’s Cup in Belgium”, recaudando fondos para construir viviendas y crear medios de vida para las familias afectadas. Geyskens expresó su esperanza de que estas actividades ayuden a las generaciones jóvenes en Europa a comprender mejor las consecuencias de la guerra en Vietnam y, con ello, a difundir el espíritu de compasión y responsabilidad social.

Por parte del Gobierno belga, Andries Gryffroy, primer vicepresidente del Senado y titular de la BVA, señaló que Bélgica fue el primer país del mundo en reconocer a las víctimas del Agente Naranja en Vietnam. Valoró altamente el proceso de cooperación y subrayó que ambas partes están finalizando las condiciones financieras y negociando los derechos de uso de la tierra para ampliar la escala del proyecto.

Gracias a la estrecha coordinación entre los Gobiernos, empresas y organizaciones sociales de ambos países, los proyectos de remediación de suelos contaminados con dioxina en Vietnam están pasando gradualmente de la fase experimental a la implementación práctica. Numerosas áreas gravemente contaminadas están siendo recuperadas, mientras que los modelos de apoyo a los medios de vida de las víctimas del Agente Naranja están ofreciendo nuevas oportunidades a miles de familias.

Estos esfuerzos no solo demuestran la eficacia de la tecnología avanzada y el espíritu de cooperación internacional, sino que también abren el camino hacia un futuro sostenible, en el que el medioambiente, la economía y las personas se recuperan conjuntamente. Desde tierras antes marcadas por el dolor, nuevos brotes de esperanza están surgiendo, símbolo de la resiliencia de Vietnam y de su sólida amistad con Bélgica./.

VNA

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