Hanoi, 24 jun (VNA)- Más de 50 años tras la guerra, millones de bombas y minas aún yacen bajo tierra en Vietnam, poniendo en peligro vidas y frenando el desarrollo. Superar estas secuelas también significa devolver la vida a zonas consideradas “tierras muertas”.
Según el Centro Nacional de Acción contra las Minas de Vietnam, el país aún registra unas 800 mil toneladas de explosivos sin detonar, dispersas por distintas provincias y ciudades. La superficie total contaminada o sospechosa de contaminación por bombas y minas alcanza los 5,6 millones de hectáreas. Estos artefactos han causado más de 40 mil muertes y unas 60 mil personas heridas, muchas de ellas niños o el principal sostén económico de sus familias.
En antiguas zonas de combate como Quang Tri, Quang Binh o Ha Tinh, los pobladores aún cultivan en campos con riesgo de explosión. En el distrito de Can Loc (provincia de Ha Tinh), donde cayeron decenas de miles de bombas, las 17 comunas y poblados están contaminados por explosivos. En los últimos 30 años, se han registrado allí 36 víctimas, de las cuales 15 fallecieron. Las minas siguen generando secuelas persistentes: niños que no pueden asistir a la escuela, tierras agrícolas abandonadas, y proyectos de infraestructura detenidos.
Frente a esta situación, en 2010 el Gobierno de Vietnam aprobó el Programa Nacional de Acción para superar las secuelas de bombas y minas remanentes de la guerra, cuyo objetivo es movilizar recursos nacionales e internacionales para reducir y eliminar gradualmente la amenaza de artefactos explosivos, contribuyendo al desarrollo socioeconómico y garantizando la seguridad de la población.
Según el Ministerio de Defensa, en los últimos 15 años, las fuerzas especializadas han limpiado más de 500 mil hectáreas de terreno. Millones de bombas, granadas, minas antipersonales y proyectiles han sido detectados y neutralizados.
En marzo de 2014 se fundó el Centro Nacional de Acción contra las Minas de Vietnam, que coordina las actividades de remoción en todo el país, desarrolla una base de datos y mapas modernos de contaminación, y facilita operaciones más eficaces. Cada zona descontaminada se convierte no solo en un lugar seguro, sino también en una nueva oportunidad para la agricultura, la construcción y el desarrollo.
El apoyo internacional desempeña un papel esencial. El Gobierno de Estados Unidos ha destinado más de 250 millones de dólares a proyectos de inspección y limpieza de minas. Actualmente, se desarrolla en las provincias centrales de Quang Binh y Quang Tri —ciudades con mayor densidad de explosivos— un proyecto de cooperación entre Vietnam, Corea del Sur y el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, con un presupuesto de 25 millones de dólares para el período 2022-2026.
Desde 1999, la organización no gubernamental Mines Advisory Group (MAG) ha limpiado más de 286 km² de terreno y destruido más de 350 mil artefactos explosivos. Gracias a estas campañas a gran escala, las zonas contaminadas están recuperándose progresivamente. Además, los programas de educación preventiva han sido incorporados en las escuelas, ayudando a los niños a identificar y mantenerse alejados de explosivos.
En la provincia de Ha Tinh, la Asociación de Apoyo a las Víctimas de Bombas y Minas de Vietnam colabora con las autoridades locales para desarrollar campañas de concienciación y apoyar medios de vida para cientos de víctimas.
Nguyen Thi Khanh, de 60 años, residente en el pueblo Nghen, del distrito de Can Loc, perdió a su esposo e hijo debido a la explosión de un proyectil en su jardín. Recibió apoyo con un lote de pollos y fondos para reparar el corral, lo que le ha permitido mejorar sus condiciones de vida tras décadas de esfuerzo por criar a sus hijos.
Por su parte, Mai Duc Vinh, de la comuna de Phuc Trach, del distrito de Huong Khe, perdió una pierna, cuatro dedos y sufrió heridas faciales al pisar una mina siendo niño. Gracias a la entrega de una vaca, ahora tiene esperanzas de aumentar los ingresos de su familia.
Mientras tanto, Tran At, de la comuna de My Loc, del distrito de Can Loc, quien perdió un brazo en un accidente con una bomba, expresó su deseo de que más personas en su misma situación reciban apoyo para superar las dificultades.
Desde 2014, la Asociación de Apoyo a las Víctimas de Bombas y Minas de Vietnam ha brindado medios de vida a más de seis mil víctimas, desarrollado programas de bienestar social y realizado campañas de concienciación para millones de ciudadanos y estudiantes. Gracias a la entrega de pollos, vacas, bicicletas y microcréditos, miles de familias afectadas y niños pobres han recibido respaldo para salir adelante.
El teniente general Pham Ngoc Khoa, vicepresidente permanente de la Asociación, afirmó: “En un contexto en el que las secuelas de la guerra aún pesan profundamente, acompañar a las víctimas de bombas y minas no solo es una responsabilidad humanitaria, sino también un mensaje contundente de solidaridad, reconciliación y del espíritu resiliente del pueblo vietnamita”./.
Desactivan una bomba de 226 kg remanente de guerra en provincia centrovietnamita
Zapadores del Comando Militar de la provincia central vietnamita de Nghe An desactivaron con éxito una bomba de 226 kg remanente de la guerra.
