Hanoi (VNA) El envío del primer lote de arroz con la marca "Arroz Verde y de Baja Emisión de Vietnam" a Japón, uno de los mercados más exigentes del mundo, no sólo fue un éxito técnico y comercial, sino también una demostración convincente del gran avance de la nación indochina hacia una agricultura sostenible, moderna, responsable y adaptable al clima.
El acontecimiento también reitera el compromiso de Vietnam en desarrollar una agricultura verde, un paso clave en su viaje hacia el futuro.
Al presenciar el acto de exportación del lote de arroz ecológico, el exministro de Agricultura y Desarrollo Rural de Vietnam (actualmente Ministerio de Agricultura y Medio Ambiente), Cao Duc Phat, afirmó que el país ha elegido un camino correcto.
Recordó que desde los primeros días, cuando Vietnam cooperó con el Instituto Internacional de Investigación del Arroz (IRRI) para aplicar técnicas de cultivo bajas en emisiones, la agricultura nacional se ha fijado el objetivo de centrarse no sólo en la producción sino también a la sostenibilidad, colocando a los agricultores en el centro de todas las políticas de desarrollo.
Calificó a este envío como el primer fruto del Proyecto "Desarrollo sostenible de un millón de hectáreas de cultivo de arroz de alta calidad y bajas emisiones asociado al crecimiento verde en el Delta del Mekong para 2030", una política estratégica destinada a reestructurar integralmente la industria arrocera.
El objetivo del plan es pasar de la producción en masa a la fabricación de alta calidad; así como aumentar el valor, puntualizó.
Mientras, Pham Thai Binh, presidente de la Junta Directiva de la empresa Trung An, una de las primeras entidades a las que se les concedió el derecho a utilizar la marca "Arroz Verde y de Baja Emisión de Vietnam", subrayó que la producción de grano con bajas emisiones no se trata solo de cambiar los métodos de cultivo, sino de cambiar toda la cadena de valor, especialmente con la aplicación de tecnología digital para controlar y rastrear el origen.
El éxito del proceso de ecologización de arroz radica en que el precio de exportación de ese producto alcanzó los 820 dólares por tonelada, más alto que el promedio de 650-700 dólares por tonelada de otras variedades de este grano y equivalente al coste del arroz premium tailandés Hom Mali.
Se trata de una clara evidencia de que, si Vietnam tiene una producción metódica, el arroz nacional puede posicionarse en el segmento de alta gama del mercado global. Al mismo tiempo, será un paso clave para abrir oportunidades para el comercio de créditos de carbono en la agricultura, un sector en el que el país indochino está desarrollando gradualmente el sistema de MRV (medición, reporte y verificación), cuya finalización está prevista para 2028.
Después de este comienzo impresionante, la industria arrocera vietnamita tiene una oportunidad histórica para mejorar y ampliar la escala de producción sostenible.
Según previsiones, para octubre de 2025 se exportarán tres mil toneladas de arroz ST25 (una de las variedades premium de arroz de Vietnam certificada por sus bajas emisiones) a Australia, un mercado famoso por sus estrictos estándares de inspección.
Pham Thai Binh consideró que existe un enorme espacio para el arroz vietnamita de alta calidad y respetuoso con el medio ambiente, especialmente en mercados como la Unión Europea (UE), Estados Unidos y Oriente Medio.
Sin embargo, los requisitos que lo acompañan son extremadamente estrictos, en especial el producto debe garantizar la seguridad alimentaria, estar libre de residuos de pesticidas y ser completamente trazable, entre otros aspectos, señaló.
Por lo tanto, construir un vínculo sostenible entre agricultores, cooperativas y empresas es un requisito previo para que la comercialización de arroz orgánico sea verdaderamente efectiva, aseguró el gerente de la empresa Trung An.
Para que el arroz bajo en emisiones no sea solo una tendencia a corto plazo, sino una base estratégica a largo plazo, Vietnam necesita una hoja de ruta de transformación profunda y coordinada, desde la política hasta la práctica.
La nación sudesteasiática debe reestructurar toda la producción arrocera hacia la modernización, la ecologización y la estandarización internacional.
En primer lugar, resulta necesario pasar desde los modelos tradicionales de producción a modelos modernos como el uso de biofertilizantes, la reducción de gas metano y la optimización de la gestión del agua, lo que ayudará a reducir las emisiones y a mejorar la eficiencia económica y la calidad de los rubros, garantizando que cumplan con los requisitos de los mercados de alta gama.
Además, para implementar con éxito este modelo, las empresas deben convertirse en la locomotora tecnológica, orientados a los estándares y al mercado, mientras que los agricultores y las cooperativas son las principales fuerzas de producción.
Se requiere una estrecha coordinación entre las partes, junto con el apoyo del Estado para replanificar las zonas de producción según estándares verdes; otorgar crédito verde con vistas a apoyar a los agricultores en su conversión; e invertir en infraestructura logística y de procesamiento que cumpla con los estándares internacionales. En particular, construir una marca nacional de arroz de bajas emisiones, prestigiosa y reconocida internacionalmente./.

El arroz vietnamita gana terreno en el mercado canadiense
El arroz de Vietnam, especialmente el ST25, gana popularidad en Canadá gracias a su calidad y los acuerdos de libre comercio como el CPTPP.