Las ventajas y desafíos de Vietnam y Filipinas en el proceso de ratificación de la Enmienda de Prohibición de Basilea (BBA), a toda exportación de desechos peligrosos, estuvieron en el centro de los debates de un semanario efectuado hoy en Hanoi.

En el evento, auspiciado por el Centro de Estudio de Género, Familia y Medio Ambiente en Desarrollo (CGFED, inglés) y la Red de Acción de Basilea en Asia-Pacífico, los participantes también intercambiaron las experiencias de algunos países, incluidos Suiza e Indonesia, en la suscripción de ese tratado.

De acuerdo con Cythia Indirani, del Centro del Sudeste Asiático sobre BBA, los “desechos electrónicos” o “residuos de aparatos eléctricos y electrónicos” contienen más de mil compuestos de diferentes sustancias tóxicas, que afectan severamente al medio ambiente.

Las toxinas en esos productos obsoletos son difíciles de identificar cuando se dispersan en el entorno y tienen riesgos para la salud de la población, tales como cáncer, enfermedades respiratorias, cardiovasculares y mentales, reiteró Indirani.

Los delegados reiteraron el significado de la Convención de Basilea como un marco legal para el control de los movimientos transfronterizos de los desechos peligrosos y su disposición, pero advirtieron sobre un flujo de residuos de aparatos electrónicos en Vietnam.

En vigor desde el 5 de mayo de 1992, el Convenio de Basilea es una respuesta de la comunidad internacional a los problemas causados por los desechos peligrosos para el hombre y el ambiente debido a sus características tóxicas, explosivas, corrosivas, inflamables o infecciosas.

Como una propuesta de enmienda a este tratado, la BBA pretende prohibir la exportación con cualquier motivo (eliminación final o reciclaje) de residuos peligrosos desde los países desarrollados hacia las naciones en desarrollo.

Vietnam ratificó el Convenio de Basilea el 13 de marzo de 1995, como parte de sus esfuerzos en la protección ambiental. – VNA