Hanoi - Desde su fundación hace 95 años, el Partido Comunista de Vietnam (PCV) ha trabajado intensamente por mantener y fortalecer sus valiosas tradiciones de solidaridad y unidad, convirtiéndose en valores fundamentales de la fuerza política.
Unidad: motor en el proceso de construcción y salvaguarda de la Patria
El líder vietnamita Ho Chi Minh definió la construcción de la voluntad y el espíritu de solidaridad como un lineamiento estratégico de la Revolución.
Catalogó a ambos sentimientos como una fuente de fortaleza, un motor impulsor y un factor decisivo para garantizar la victoria sólida en el proceso de construcción y salvaguarda de la Patria.
El Presidente Ho Chi Minh resaltó en numerosas ocasiones la importancia de la solidaridad para lograr el éxito y aseguró que la gran unidad nacional no sólo es objetivo y misión primordial del Partido, sino también de todo el pueblo.
Desde entonces, la unidad y la solidaridad han sido aspectos cruciales en el proceso de construcción del Partido, independientemente de la época o el contexto internacional.
Sobre la base del pensamiento del Tío Ho, el PCV ha mantenido la solidaridad como una tradición extremadamente valiosa, un lineamiento estratégico, que constituye la fuente de fortaleza, el valor fundamental y el motor impulsor esencial de la Revolución vietnamita.
Este valor ha desempeñado, y lo continuará haciendo, un papel decisivo en cada victoria del proceso de construcción partidista y en la tarea de salvaguarda de la Patria en todas las épocas.
Por su parte, la tradición de gran unidad nacional tiene su base en la alianza entre la clase obrera, el campesinado y los intelectuales, bajo el liderazgo del Partido; sobre los estrechos vínculos entre el Partido y el pueblo.
También está sustentada en la confianza del pueblo en el PCV, el Estado y el sistema político; y sobre el apoyo mutuo entre las clases sociales, las comunidades étnicas, los ciudadanos religiosos o no, los seguidores de diferentes creencias, los vietnamitas dentro y fuera del país.
Esa gran unidad nacional, que resulta faro para el desarrollo, tiene además su base en la solidaridad entre el pueblo vietnamita y los pueblos amantes de la paz y el progreso de todo el mundo.
La unión se erige en torno a un objetivo común: construir un Vietnam pacífico, independiente, unido y con integridad territorial, para que sea cada vez más rico, poderoso, próspero, civilizado y feliz.
Bajo el liderazgo del Partido, esa integración popular ha hecho realidad las grandes victorias de la nación a lo largo de los años.
Destacan entre esos logros la Revolución de Agosto y el nacimiento de la República Democrática de Vietnam (ahora República Socialista de Vietnam), así como la victoria de Dien Bien Phu, que condujeron al éxito de la resistencia contra el colonialismo francés y al establecimiento del socialismo en el Norte, asegurando un fuerte apoyo a la zona sur del país.
Otra victoria icónica fue la campaña de Ho Chi Minh, que marcó la liberación completa del Sur y la reunificación del país para construir un futuro próspero.
Posteriormente, en la fase de construcción y desarrollo nacional, el Frente de la Patria de Vietnam continúa aglutinando a todos los sectores de la población, valorando el papel de sus organizaciones miembros en la defensa de los derechos e intereses legítimos del pueblo, promoviendo la democracia y estimulando la innovación y la creatividad.
Esa organización también ha intensificado la supervisión y la crítica social, la lucha contra la corrupción y el despilfarro y participa activamente en la construcción de un Partido y un Gobierno transparentes y sólidos.
La solidaridad para entrar en una nueva era de progreso
A través de orientaciones claves y soluciones integrales, el Partido ha logrado promover la fuerza del gran bloque de unidad nacional, combinando el poder del pueblo con el de los tiempos, garantizando que el país supere todas las dificultades, preserve su independencia, soberanía, unidad e integridad territorial e implemente con éxito la Renovación.
Posterior a la reunión del Comité Central del PCV del XIII mandato (3 de agosto de 2024), el secretario general de la fuerza política y en ese entonces presidente de Vietnam, To Lam, significó: “Nada es más precioso que la solidaridad y la unidad. La solidaridad y la unidad son nuestra fuerza. La solidaridad dentro del Partido, el Buró Político y el Comité Central seguirá extendiéndose e intensificándose. Esta es una hermosa tradición, una fortaleza del Partido y del país, que nos ha permitido superar muchas dificultades y alcanzar las victorias y metas trazadas por nuestro Partido”.
Durante nueve décadas y media, bajo el liderazgo del PCV, el pueblo vietnamita ha experimentado dos grandes épocas gloriosas.
La primera era comprende el período de 1930-1975 y se conoce por el período de independencia, libertad y la construcción socialista. La década del 30 del siglo pasado inició con la fundación del PCV y a este acontecimiento le siguieron una serie de importantes hechos como la histórica victoria de la Revolución de Agosto en 1945 y las grandes hazañas de las guerras de resistencia contra los invasores (1946-1975), así como por los logros de la construcción socialista en el Norte entre 1954 y 1975.
A partir de ese año comenzó la segunda etapa, calificada como de reunificación nacional, renovación y desarrollo, y que se extiende hasta la actualidad.
Este período inició con el triunfo de la guerra de resistencia contra el imperialismo de Estados Unidos, que permitió la reunificación del país en 1975 y el avance hacia el socialismo. Este triunfo sentó una base sólida para el proceso de Doi Moi (Renovación), desplegado en el VI Congreso Nacional del Partido en 1986, allanando el camino para una transformación integral y dinámica del país.
Actualmente, Vietnam está entrando en su tercera era, la del ascenso nacional, marcada por el XIV Congreso Nacional del PCV, que conmemora el 40 aniversario de la Renovación (1986-2026).
Gracias a este profundo proceso de transformación y el liderazgo certero del Partido, Vietnam dejó de ser un país devastado por la guerra para convertirse en un símbolo de paz, estabilidad y hospitalidad, atrayendo a inversores y turistas de todo el mundo.
La nación indochina pasó de tener una economía rezagada a colocarse entre las 40 economías más dinámicas del mundo y entre las 20 mayores potencias globales en materia comercial.
Pese a la turbulencia económica mundial, Vietnam experimentó un impresionante crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) del 7,09% en el año 2024, superando todas las previsiones y el objetivo establecido por la Asamblea Nacional.
El PIB per cápita a precios corrientes alcanzó los 114 millones de VND por persona, o unos 4,7 mil dólares, un aumento de 377 dólares en comparación con 2023.
Asimismo, Hanoi mantiene relaciones diplomáticas con 193 Estados miembros de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), asociaciones estratégicas e integrales con 30 naciones, incluidas todas las grandes potencias, y es miembro activo de más de 70 organizaciones regionales e internacionales.
Las inversiones en salud, educación, ciencia y tecnología han permitido que la calidad de vida de la población mejore considerablemente en los últimos años.
De igual forma, el país indochino cumplió con antelación los Objetivos de Desarrollo del Milenio de la ONU y es reconocido como un modelo de éxito en la lucha contra la pobreza y la mejora de las condiciones de vida, es especial por su política de colocar el bienestar y la felicidad del pueblo en el centro de sus metas de progreso.
El secretario general del PCV, To Lam, manifestó que estos éxitos fueron posibles por el liderazgo visionario y talentoso del Partido, la solidaridad y unidad de todo el Partido, el pueblo y el ejército, particularmente la fuerza del gran bloque de unidad nacional y el papel del Frente de la Patria y sus organizaciones miembros.
Al intervenir en el X Congreso Nacional del Frente de la Patria de Vietnam (2024-2029), celebrado el 17 de octubre de 2024, el máximo dirigente partidista destacó que después de cuatro décadas de Renovación, el país tiene una oportunidad histórica de ingresar en una nueva era, la del ascenso.
Consideró que, bajo el liderazgo del Partido, se debe construir un Vietnam donde el pueblo sea rico, el país sea poderoso, democrático, justo y civilizado.
“A mediados del siglo XXI, nuestro país deberá convertirse en una nación desarrollada con altos ingresos, que sigue la orientación socialista, haciendo realidad así la aspiración del Presidente Ho Chi Minh y todo el pueblo de desarrollar Vietnam hombro con hombro con las principales potencias en los cinco continentes”, indicó To Lam.
Declaró que el 2030 también es un período estratégico, una fase decisiva para que la Revolución vietnamita alcance la meta establecida para el centenario del Partido y cree bases sólidas para el objetivo trazado para los 100 años de la República, a celebrarse en el año 2045.
El dirigente recalcó que la clave para lograr esos objetivos es movilizar plenamente la fuerza del gran bloque de unidad nacional y fortalecer la determinación de todo el Partido, el pueblo, el ejército y el sistema político, en aras de concretar la aspiración de un Vietnam próspero y feliz./.