El dueño del hostal es Nguyen Thanh Liem, un aficionado del turismo que dedicó su juventud a la exploración de los bosques aquí. Sus abundantes conocimientos hicieron que sus amigos le llamen “el fantasma del bosque”.
Tras atravesar este puente colgante, los turistas llegarán a una colina, donde se encuentra una huerta de mandarinos. Los visitantes pueden cosechar los frutos libremente.
VNA