Moscú (VNA) - Con casi dos mil miembros y más de dos o tres décadas de asentamiento, la comunidad vietnamita en Ufá, capital de la República rusa de Baskortostán, ha logrado mantener sus raíces culturales y el vínculo con su país de origen mediante clases del idioma vietnamita para niños.
Las clases de la lengua materna, organizadas por la Asociación de Vietnamitas en Ufá, se han mantenido durante años y actualmente cuentan con unos 60 alumnos de distintas edades.
Son completamente gratuitas, con la única “cuota” de que los niños aprendan a hablar y escribir en vietnamita. El encargado de impartirlas es el docente Duc Anh, quien, aunque no es pedagogo de formación, ha guiado las clases durante cuatro años con entusiasmo y un programa que abarca desde lo más básico hasta la lectura de proverbios y expresiones culturales vietnamitas.
Estas clases se realizan durante el verano, cuando los niños están de vacaciones, y en horarios que permiten a los padres trabajar y llevar a sus hijos. Tras solo unas sesiones, muchos alumnos ya pueden saludar en vietnamita o escribir sus nombres, lo que ha motivado a las familias a pensar en planes profesionales futuros para ellos. Según la señora Huong, madre de una alumna de 13 años, dominar el idioma vietnamita podría ampliar las oportunidades laborales de su hija en Vietnam.
Según Pham Thi Khuyen, vicepresidenta de la Asociación de Vietnamitas en Ufá, las clases se ofrecen incluso a hijos de no miembros, ya que preservar el idioma y la cultura es tan importante como la integración. Aunque muchos niños deben esperar todo el día para su clase de la tarde, tanto ellos como sus padres están comprometidos. Además, asistir a clases fomenta la interacción entre niños y reduce el uso excesivo de dispositivos electrónicos.
Consciente de la importancia de integrarse en el país de acogida -especialmente ante el endurecimiento de las normativas migratorias en toda Rusia-, la comunidad también ha abierto clases gratuitas de ruso para adultos, que se realizan dos veces por semana, justo después de las clases infantiles. Mientras los niños aprenden el alfabeto vietnamita, los padres estudian el cirílico; mientras los niños memorizan enseñanzas de Ho Chi Minh, los padres aprenden frases útiles para el comercio diario.
La exigencia de certificados de idioma ruso para trámites de residencia o nacionalización ha hecho de estas clases una necesidad. Por ello, la Asociación ha logrado que el gobierno de Bashkortostán cubra el costo de docentes nativos, como parte de un programa financiado con recursos federales.
Almira Salmatova, directora de la Casa de la Amistad de los Pueblos en Bashkortostán, destacó este modelo piloto financiado por el gobierno federal y local, afirmando que la integración en Rusia requiere dominio del idioma, conocimientos históricos, legales y culturales. Confía en que, gracias a estas iniciativas, la comunidad vietnamita en Ufá, una de las más numerosas en Rusia, consolidará aún más su lugar en la sociedad anfitriona.
El compromiso de la comunidad, el liderazgo activo y el apoyo institucional han permitido a los vietnamitas en Ufá no solo preservar sus raíces, sino también integrarse eficazmente, convirtiéndose en un ejemplo digno de replicar./.