Hanoi (VNA)- La representante residente del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) en Vietnam, Ramla Khalidi, reiteró el compromiso de su entidad de acompañar al país en una transición verde hacia una nación más justa, inclusiva y preparada para el futuro, en un artículo escrito por la funcionaria y publicado en medios locales.
A continuación, la Agencia Vietnamita presenta el texto íntegro del artículo.
Mientras los líderes mundiales se reúnen esta semana en la Cumbre P4G (la Alianza para el Crecimiento Verde y los Objetivos de Desarrollo Sostenible) en Hanoi, recordamos que las mayores transformaciones de la historia no solo han surgido de una ambición audaz, sino también de una visión compartida, basada en la equidad y la oportunidad para todos. Para Vietnam, un país que asciende rápidamente en el escenario del desarrollo global, este es un momento decisivo. El camino hacia las emisiones netas cero no se trata solo de emisiones y energía. Se trata de las personas, y de crear una transición justa, que empodere a cada ciudadano para avanzar en una nueva era de prosperidad verde y digital.
Las aspiraciones de Vietnam son tan inspiradoras como urgentes. Para 2045, el país tiene como objetivo convertirse en una economía de altos ingresos. Sin embargo, este camino debe ser más que económico: debe ser inclusivo y equitativo. Una transición justa garantiza que los trabajadores no sean abandonados en minas de carbón y fábricas, que las pequeñas empresas no queden fuera de la economía verde y digital, y que las mujeres, los jóvenes y los grupos vulnerables no solo estén protegidos, sino también empoderados.
Esto no solo es lo correcto: es una decisión económica inteligente. Existen muchas ganancias potenciales al invertir en políticas verdes. En Vietnam, el potencial es enorme: las inversiones en energías renovables e infraestructuras sostenibles podrían generar hasta medio millón de nuevos empleos para 2030, especialmente en sectores como la energía solar, la eficiencia energética y el transporte limpio.
Más allá de la creación de empleo, una transición justa asegura que los nuevos caminos de crecimiento económico se distribuyan equitativamente entre los distintos grupos de la población.
Vietnam ya está demostrando un liderazgo notable. La Alianza para una Transición Energética Justa, una declaración política histórica, está movilizando 15.500 millones de dólares en fondos públicos y privados para ayudar al país a alejarse del carbón, al tiempo que apoya a las comunidades e industrias afectadas por este cambio. Paralelamente, las estrategias nacionales sobre economía digital, crecimiento verde y reforma de la protección social reflejan una profunda comprensión de que la transformación debe ser inclusiva desde su diseño.
Estamos orgullosos de recorrer este camino junto a Vietnam. Como agencia de apoyo a la secretaría de la alianza, ayudamos al gobierno a fortalecer la coordinación con sus socios, ampliar la participación del sector privado para movilizar financiación sostenible y proporcionar herramientas que garanticen que los proyectos sean inclusivos socialmente y sostenibles ambientalmente.

Estamos apoyando al gobierno en la localización del Acelerador Global para el Empleo y la Protección Social en Transiciones Justas, asegurando que la equidad social esté en el centro de la transformación económica. Estamos invirtiendo en infraestructura pública digital, promoviendo la gobernanza climática y energética, y ayudando a ampliar el acceso a financiación, capacitación y protección social, especialmente para los más vulnerables.
Y sabemos que la gobernanza importa. La confianza en las instituciones públicas es la base del desarrollo inclusivo. A través de iniciativas como PAPI, la mayor encuesta sobre gobernanza y administración pública en Vietnam, estamos ayudando a fortalecer la transparencia, la rendición de cuentas y la participación ciudadana, pilares fundamentales para una transición justa que sea verdaderamente de la gente.
Vietnam tiene lo necesario: una población dinámica, un gobierno con visión de futuro y un ecosistema creciente de innovadores, emprendedores y agentes de cambio. La pregunta no es si Vietnam puede liderar la construcción de un futuro justo y sostenible, sino cuán rápido y cuán lejos estamos dispuestos a llegar juntos.
El éxito de esta visión depende de nuestra capacidad para convertir las políticas en progreso real: asegurarnos, por ejemplo, de que los trabajadores del carbón en Quang Ninh tengan oportunidades reales de capacitación y reinserción laboral; que las mujeres en áreas rurales puedan acceder a herramientas digitales y empleos verdes; y que los trabajadores informales tengan acceso a protección social y formación profesional.
La manera más poderosa de convertir las políticas en progreso real es hacer de la transición justa una fuerza de empoderamiento, dignidad y oportunidad. Significa asegurar que la innovación florezca en cada aldea, no solo en los centros urbanos; que la acción climática genere medios de vida dignos, no solo metas; y que la economía verde y digital no deje a nadie atrás.
El mundo de hoy enfrenta nuevos desafíos y crecientes vientos económicos en contra. La transición justa no es un desvío: es el catalizador que puede transformar la disrupción en oportunidad, y la ambición en un impacto duradero. Estamos comprometidos a recorrer ese camino con Vietnam, hacia una nación más justa, inclusiva y preparada para el futuro./.