Hanoi (VNA)- En muchas aldeas montañosas de Vietnam, donde antes era común dar a luz en casa, realizar ofrendas o seguir tabúes poco científicos a la hora del parto, hoy se observa un cambio notable gracias a la dedicación de las parteras comunitarias.
En el poblado Po Si Ngai, comuna Ban Xeo, provincia de Lao Cai, Thao Thi Pa, de la etnia Hmong, ejerce como partera desde 2011. En aquel entonces, nueve de cada diez mujeres daban a luz en casa. Pa recorrió cada vivienda explicando los beneficios de los controles prenatales y del parto en centros sanitarios. Gracias a su esfuerzo, actualmente el 80 % de las embarazadas acude a revisiones periódicas, el 70 % de los partos cuenta con asistencia médica y el 90 % de madres y recién nacidos reciben atención posparto.
También en Lao Cai, Luc Thi Ly, de la etnia Nung, trabaja desde 2019 como partera del poblado Na Vai. Al inicio, la mitad de las mujeres seguía dando a luz en casa. Ly persistió en visitar una y otra vez a las familias, enseñando sobre nutrición, vacunas y signos de riesgo. Hoy, el 98 % de las embarazadas del pueblo realiza controles prenatales, y el 100 % de los partos tiene apoyo médico.
Aunque la asignación sigue siendo modesta, Ly usa su propio dinero para comprar impermeables, combustible, botas o pequeños obsequios para animar a las madres y a los recién nacidos.
Espera que el sector sanitario preste más atención, ofrezca formación para mejorar sus capacidades y aumente el apoyo en subsidios, transporte y equipos de protección, a fin de continuar acompañando a las comunidades de las zonas montañosas.
Tras más de tres décadas, las parteras comunitarias se han convertido en el “brazo extendido” del sistema sanitario local, en contribución a reducir la mortalidad materna e infantil y a transformar las percepciones sobre el parto seguro.

Según el Ministerio de Salud, la tasa de mortalidad materna se ha reducido más de cinco veces, de 233 a unas 44 por cada 100 mil embarazadas, mientras que la mortalidad infantil (menores de un año) ha disminuido más de cuatro veces en comparación con 1990. Sin embargo, en provincias montañosas como Lao Cai, Dien Bien o Kon Tum, estas tasas siguen siendo de dos a tres veces superiores al promedio nacional.
La Semana de la Maternidad Segura, del 1 al 7 de octubre, se desarrolló bajo el lema “Atención posparto integral: salud para la madre, futuro para el bebé”, con el objetivo de concienciar a la sociedad y garantizar que ninguna madre ni niño quede atrás.
El viceministro de Salud, Nguyen Tri Thuc, afirmó que la atención, el apoyo y la participación activa de toda la sociedad contribuirán a mejorar la salud de las madres y los niños, avanzando hacia la reducción de la mortalidad materna e infantil en Vietnam.
Para lograrlo, además de las políticas adecuadas, es fundamental la colaboración de las familias, las comunidades, el respaldo del sistema sanitario y la dedicación constante de las personas que trabajan en la base. Son ellas, las parteras comunitarias, quienes mantienen viva la llama del compromiso, ayudan a eliminar las costumbres obsoletas y escriben una nueva historia hacia un futuro más saludable para las madres y los niños vietnamitas./.