Hanoi (VNA) – Las cuatro resoluciones clave emitidas recientemente, a saber: la Resolución 57 sobre ciencia, tecnología e innovación; la Resolución 59 sobre integración internacional profunda; la Resolución 66 sobre reforma en la elaboración y aplicación de leyes; y la Resolución 68 sobre el desarrollo del sector económico privado, constituyen los "cuatro pilares" que permitirán a Vietnam avanzar con firmeza en esta nueva etapa.
Así lo afirmó el secretario general del Partido Comunista de Vietnam, To Lam, durante su intervención en la Conferencia Nacional para la implementación de la Resolución N.º 66-NQ/TW, centrada en renovar el proceso legislativo en función de las exigencias del desarrollo nacional en la nueva era, y la Resolución N.º 68-NQ/TW sobre el impulso a la economía privada, celebrada la víspera en la capital.
La Agencia Vietnamita de Noticias (VNA) presenta a continuación el texto íntegro del discurso:
“Estimados compañeros dirigentes, exlíderes del Partido, del Estado y del Frente de la Patria de Vietnam,
Estimados delegados que participan en la conferencia desde los distintos puntos del país,
Queridos camaradas, cuadros veteranos y ciudadanos de toda la nación:
Estamos siendo testigos de cambios sin precedentes a nivel mundial: transformaciones geopolíticas y geoeconómicas, competencia estratégica creciente, desplazamiento de los centros de poder económico, avances vertiginosos en ciencia y tecnología, además de desafíos globales como el cambio climático, la seguridad energética y otras amenazas tanto tradicionales como no convencionales. Estos cambios suponen tanto riesgos como oportunidades. Quien sepa aprovechar las oportunidades y enfrentar los retos, tendrá éxito; de lo contrario, nos quedaremos atrás, como dice el refrán: "El buey lento bebe agua turbia."
Tras casi 40 años de aplicar de manera constante el proceso de renovación (doi moi), nuestro país ha logrado avances significativos: crecimiento económico sostenido, mejoras en la calidad de vida y un reconocimiento internacional en aumento. Estos logros nos llenan de orgullo, pero también debemos reconocer con franqueza que los desafíos que enfrentamos son grandes. No podemos caer en la autocomplacencia ni frenar nuestro ritmo. Debemos seguir innovando, reformando, movilizando todos los recursos y energías de la sociedad y del pueblo. Solo con una implementación profunda, integral y decidida lograremos cumplir nuestras ambiciosas metas. Las reformas que emprendemos no solo son necesarias para el desarrollo actual, sino esenciales para el futuro de la nación.
Estas reformas se sustentan en cuatro ejes clave: la Resolución 57, que promueve la ciencia, la tecnología y la innovación; la Resolución 59, que impulsa una integración internacional más activa; la Resolución 68, que hoy fue detallada por el Primer Ministro y que busca fortalecer la economía privada; y la Resolución 66, explicada a fondo por el Presidente de la Asamblea Nacional, que aborda la renovación integral del proceso legislativo.
Estas cuatro resoluciones pueden considerarse los “Cuatro Pilares” para que nuestro país despegue. Por ello, hago un llamado a todo el sistema político, al Partido, al pueblo y al ejército para que unamos esfuerzos, superemos las dificultades, convirtamos nuestras aspiraciones en acciones concretas y transformemos nuestro potencial en una fuerza real que impulse a Vietnam hacia una nueva era de desarrollo, prosperidad y grandeza nacional.

Estimados compañeros,
En los últimos años, gracias al liderazgo sabio y acertado del Partido, al consenso nacional y al esfuerzo constante de todo el sistema político, Vietnam ha logrado avances integrales en casi todos los ámbitos: estabilidad macroeconómica, control de la inflación, equilibrio de los principales indicadores económicos; hemos superado crisis globales, controlado eficazmente la pandemia de la COVID-19, recuperado la economía con rapidez y mantenido la estabilidad social en un entorno internacional complejo. Se ha preservado la soberanía y la integridad territorial, garantizando un entorno de paz. El prestigio de Vietnam en el ámbito internacional continúa creciendo; el país participa activamente en procesos de cooperación regional y global. Al mismo tiempo, la calidad de vida sigue mejorando y se fortalece cada vez más nuestro sistema de bienestar social.
Pero también debemos ser sinceros: el país enfrenta desafíos considerables. El crecimiento económico muestra señales de desaceleración; la productividad laboral y la capacidad de innovación siguen siendo limitadas; la calidad del crecimiento aún no es realmente sostenible; y el riesgo de caer en la trampa del ingreso medio-alto continúa latente. Aunque el entorno empresarial ha mejorado, persisten numerosas barreras: falta de infraestructura adecuada, y una institucionalidad del modelo de economía de mercado con orientación socialista que aún no está plenamente consolidada.
A esto se suma un escenario internacional cada vez más complejo, con una creciente competencia estratégica entre las grandes potencias, un aumento del proteccionismo, choques geopolíticos, el cambio climático y la aparición de nuevas epidemias. Estos factores externos se entrelazan con desafíos internos, generando una presión considerable que nos obliga a transformar de raíz nuestra manera de pensar, nuestros métodos de trabajo y nuestro modelo de desarrollo. Necesitamos una reforma integral, profunda y sincronizada, que avance en todos los frentes: instituciones, estructura económica, modelo de crecimiento y organización estatal.
Solo una reforma audaz, constante y eficaz podrá ayudarnos a superar estos retos, aprovechar las oportunidades y hacer realidad nuestro anhelo de un desarrollo rápido y sostenible en esta nueva era.
Estimados compañeros,
Mirando hacia adelante, nuestra meta está clara: si queremos avanzar con rapidez y de forma sostenible, Vietnam no puede seguir transitando por los caminos de antes. Debemos atrevernos a pensar en grande, actuar con decisión y acometer reformas profundas, respaldadas por una firme voluntad política y un esfuerzo persistente.
Las cuatro resoluciones fundamentales emitidas recientemente por el Buró Político constituirán la base institucional clave, generando un potente impulso que nos permitirá avanzar con firmeza hacia una nueva era. Son pilares fundamentales para materializar nuestra visión de convertir a Vietnam en un país desarrollado y de altos ingresos hacia 2045. Como ya se han presentado los contenidos detallados, quiero destacar el espíritu esencial de estas resoluciones y cómo se complementan entre sí. Para alcanzar el mayor impacto, debemos implementarlas de manera simultánea y coherente.
Primero: Desarrollar la economía privada como “la fuerza motriz más importante” de la economía nacional (en el marco de la Resolución 68).
En la construcción de una economía de mercado con orientación socialista, liberar y movilizar todos los recursos de la sociedad es una necesidad urgente para avanzar con rapidez. La Resolución 68 marca un gran paso adelante, tanto en el pensamiento teórico como en la orientación práctica del Partido, al afirmar: "En una economía de mercado de orientación socialista, la economía privada es la fuerza motriz más importante de la economía nacional". Esto no significa negar el papel del sector estatal, que sigue siendo un pilar fundamental. La economía vietnamita se caracteriza por ser “una economía de mercado de orientación socialista, gestionada por el Estado y bajo el liderazgo del Partido”.
Este planteamiento refleja un cambio profundo en la percepción estratégica del sector privado: deja de ser un actor secundario para convertirse en uno de los tres pilares del desarrollo, junto con la economía estatal y la economía colectiva, formando un sólido “trípode” para una economía independiente, autosuficiente y con capacidad de integración global. Impulsar el desarrollo del sector privado no es solo una decisión económica, sino también una exigencia política, dirigida a fortalecer la autonomía económica nacional, mejorar la competitividad y aumentar la capacidad de adaptación ante un mundo incierto.
Bajo esa visión, la Resolución plantea reformas ambiciosas, como: Reforma institucional: garantizar los derechos de propiedad, la libertad de emprender y un entorno de inversión transparente, justo y estable. Liberación de recursos: facilitar el acceso del sector privado a la tierra, el crédito, los mercados y la tecnología, y eliminar desde la raíz los cuellos de botella institucionales y políticos. Impulso a la innovación: promover un ecosistema robusto para startups y apoyar la inversión del sector privado en investigación, desarrollo y participación en redes de innovación y cadenas de valor global. Formación de una nueva generación de empresarios: con visión moderna, ética profesional, compromiso político y espíritu patriótico, dispuestos a contribuir al país y competir a nivel internacional.
En el ámbito económico, todos debemos contribuir a crear riqueza para la sociedad. Cada persona tiene derecho a desarrollarse, a vivir con dignidad y a aportar al progreso del país. El Partido y el Estado tienen el deber de garantizar que todos ejerzan plenamente sus derechos humanos y sociales básicos.
La Resolución reconoce que los empresarios vietnamitas son "soldados en el frente económico" en esta nueva era. Su misión no es solo generar riqueza personal, sino también contribuir activamente a construir un país fuerte y próspero.
Podemos decir que la Resolución 68 sienta las bases para una transformación profunda de la política económica hacia el sector privado: se pasa del simple “reconocimiento” a una política activa de “protección, estímulo y promoción”, del “apoyo” a “liderazgo de desarrollo”. Se trata de una decisión estratégica, urgente y de largo plazo, destinada a cumplir la aspiración nacional de construir un Vietnam próspero hacia mediados del siglo XXI.
Segundo: Impulsar avances reales en ciencia, tecnología e innovación (según la Resolución 57).
Hoy, 18 de mayo, celebramos el Día de la Ciencia y la Tecnología en Vietnam. Quiero aprovechar la ocasión para felicitar al sector de Ciencia y Tecnología, así como a los científicos, intelectuales, expertos y empresas tecnológicas del país. Les deseo que continúen avanzando con firmeza...
En un contexto marcado por el auge de la Cuarta Revolución Industrial y una acelerada transformación digital, el mundo está viviendo un cambio profundo en los modelos de desarrollo. En respuesta a esta realidad, el Buró Político emitió la Resolución 57, que define con claridad el rumbo a seguir: el desarrollo de la ciencia, la tecnología, la innovación y la transformación digital es una prioridad estratégica y debe convertirse en la principal fuerza impulsora de la modernización del país, la reforma de la gobernanza y el progreso socioeconómico sostenible.
Para interiorizar el espíritu de la Resolución, debemos ser profundamente conscientes de que la ciencia, la tecnología y la innovación no son solo herramientas de apoyo, sino que deben definirse como la base del desarrollo y el principal motor del proceso de industrialización y modernización del país en la nueva era.
La Resolución exige fortalecer el liderazgo integral del Partido sobre el desarrollo de la ciencia, la tecnología y la innovación; promover con fuerza el papel de las empresas, los empresarios, los intelectuales y todo el pueblo en esta causa. Se trata de una revolución profunda y completa en todos los ámbitos de la vida social, que requiere que actuemos con un espíritu de renovación vigorosa, decidida, sincronizada y coherente, sin permitir que las mentalidades obsoletas, las prácticas formales o pasivas obstaculicen el proceso de desarrollo.
Ante esta exigencia, todo el Partido, el pueblo y el ejército deben centrarse en llevar a cabo las siguientes tareas clave: (1) Elevar la conciencia de toda la sociedad, especialmente de la comunidad empresarial y de los organismos encargados de formular y ejecutar políticas, sobre el papel sumamente importante de la ciencia, la tecnología, la innovación y la transformación digital en el desarrollo nacional; (2) Romper con las mentalidades obsoletas de desarrollo, eliminando todas las barreras de percepción atrasadas, y despertar el espíritu de atreverse a pensar, a hacer, a innovar y a asumir responsabilidades; (3) Consolidar la determinación política, y crear un alto grado de consenso en todo el sistema sobre la política de considerar la ciencia, la tecnología y la innovación como el motor principal del desarrollo; (4) Perfeccionar el marco institucional, eliminar activamente las barreras legales y administrativas, crear un entorno favorable para la creatividad, la investigación y la aplicación científica y tecnológica, transformando las instituciones en ventajas competitivas nacionales.
Los comités del Partido, las organizaciones partidistas y las administraciones de todos los niveles deben dirigir con determinación y concretar los contenidos de la Resolución en programas y planes de acción prácticos; al mismo tiempo, deben definir claramente las responsabilidades, supervisar estrictamente su ejecución y garantizar un cambio sustancial en todo el sistema.
Si queremos avanzar rápidamente y con firmeza en esta nueva era, no hay otro camino que el de la ciencia, la tecnología y la innovación. Debemos actuar con mayor determinación, con acciones más contundentes y creativas, para hacer de la ciencia, la tecnología y la innovación verdaderamente la base y el motor clave que eleve a nuestro país a nuevas alturas.
En tercer lugar: Renovar la labor de elaboración y aplicación de leyes para responder a las exigencias del desarrollo nacional en la nueva era
En el contexto en que el país está entrando en una nueva etapa de desarrollo, con altos requisitos en materia de modernización e integración internacional profunda, la construcción y el perfeccionamiento del sistema jurídico se han convertido en un factor vital que determinará el éxito del proceso de avance de la nación. La Resolución 66 nació en ese contexto, y ha definido claramente que: la renovación fundamental del trabajo de elaboración y aplicación de las leyes es un contenido esencial, una base para el proceso de construcción del Estado de derecho socialista de Vietnam en la nueva era.
La Resolución afirma que el derecho no debe entenderse únicamente como una herramienta para regular conductas sociales, sino que debe considerarse como la base para organizar y operar el poder del Estado, el pilar firme para proteger los derechos humanos y los derechos civiles, así como una palanca para impulsar el desarrollo económico y social.
En cuanto a las orientaciones rectoras, la Resolución subraya que la labor de elaboración y aplicación de las leyes debe convertirse en una tarea central y permanente de todo el Partido y de todo el sistema político, estrechamente vinculada con los requisitos de un desarrollo rápido y sostenible del país. Al mismo tiempo, las leyes deben ser coherentes, viables, transparentes y estables, tomando como criterio la realidad del desarrollo, con alta capacidad de previsión y liderando proactivamente el desarrollo, no solo limitándose a regular de forma reactiva.
Desde esta perspectiva, se plantean tres tareas clave: (1) Perfeccionar las instituciones en áreas fundamentales, como la organización de un aparato estatal ágil y eficiente; el desarrollo de una economía de mercado con orientación socialista; la protección de los derechos humanos; la construcción de un entorno empresarial e inversor sano y competitivo; (2) Renovar el proceso de elaboración de leyes hacia un enfoque proactivo y constructivo, garantizando que las leyes sean coherentes, unificadas, específicas, comprensibles y fáciles de aplicar; (3) Elevar la eficacia en la aplicación de las leyes, fortalecer la disciplina en la implementación, y vincular el ejercicio del poder con la responsabilidad de rendición de cuentas.
El sistema jurídico es tanto motor como base del desarrollo nacional. Un sistema legal coherente, viable y transparente creará un entorno estable para la producción y los negocios, impulsará la innovación, elevará la capacidad de integración internacional y eliminará de raíz las barreras derivadas de normas legales superpuestas y contradictorias. Con estas exigencias, se plantea un espíritu de reforma que incluye: Renovar de forma fundamental la mentalidad en la elaboración de leyes: pasar de una mentalidad de "gestión" a una de "servicio", de lo pasivo a lo proactivo, orientado a fomentar el desarrollo; la elaboración de leyes debe ir por delante, con alta capacidad de previsión, adecuación a la realidad y a las demandas del desarrollo acelerado; la aplicación de la ley debe ser estricta, justa y sustancial, en la que la transformación digital esté vinculada a la transparencia, la apertura y la máxima facilitación para ciudadanos y empresas; la descentralización del poder debe ser clara, vinculanda a la rendición de cuentas, eliminando el mecanismo de “pedir – dar” y erradicando los intereses sectoriales y privilegios de grupo.
La Resolución 66 es un llamado a una profunda reforma institucional, con el fin de construir un sistema jurídico moderno, sustancial y al servicio del pueblo, creando al mismo tiempo un motor sostenible para construir un Vietnam próspero, democrático, justo y civilizado en el siglo XXI.

La Resolución 59 del Buró Político fue emitida en un contexto internacional de rápidos y complejos cambios, con un aumento de la competencia estratégica entre grandes potencias, una tendencia clara hacia un mundo multipolar y multicéntrico, junto con desafíos globales como el cambio climático, las pandemias y la inseguridad no tradicional. La Cuarta Revolución Industrial, la transformación digital y la economía verde también están transformando profundamente el modelo de desarrollo global.
El nacimiento de la Resolución 59 representa una decisión estratégica revolucionaria, marcando un hito histórico en el proceso de integración internacional del país, estableciendo la integración como un motor estratégico para que Vietnam avance con firmeza hacia la nueva era. La Resolución refleja una visión profunda: la integración internacional no solo es abrir puertas y fomentar el intercambio, sino una empresa integral que requiere proactividad, dinamismo y gran firmeza.
La perspectiva central de la Resolución es que la integración internacional es una causa de toda la nación, bajo el liderazgo absoluto, directo e integral del Partido, y la gestión unificada del Estado, poniendo a las personas y las empresas como el centro y el motor de la creatividad.
Debemos tener una comprensión profunda de que la integración no es solo una tarea de los órganos exteriores, ni solo una actividad diplomática estatal, sino un proceso integral que exige la participación activa, creativa y positiva de todo el sistema político, de cada persona, empresa, sector y campo.
La fuerza interna, que incluye el poder de la economía, la cultura, las instituciones y los recursos humanos, debe ocupar una posición decisiva; mientras que la fuerza externa será solo un recurso complementario, apoyando el proceso de desarrollo, garantizando una integración general y profunda sin perder la independencia y soberanía, mejorando la capacidad de resiliencia y la habilidad de adaptarse a las fluctuaciones globales.
La Resolución establece directrices estratégicas globales y profundas como las siguientes: En el ámbito económico: Impulsar la integración vinculada con la construcción de una economía independiente, autosuficiente y moderna; desarrollar la economía digital, verde y circular; elevar la competitividad basada en la ciencia, la tecnología y la innovación. En la política, defensa y seguridad: La integración va de la mano con el fortalecimiento de las relaciones de asociación estratégica y asociación integral, aumentando la confianza política, manteniendo la independencia, la soberanía y un entorno pacífico y estable para el país. En ciencia y tecnología, educación, salud y medio ambiente: Aprovechar la integración para elevar el nivel nacional, desarrollar recursos humanos de alta calidad y lograr una integración profunda en la cadena de valor global.
Un contenido particularmente importante y fundamental en la Resolución es la construcción de un equipo de funcionarios competentes para la integración internacional. Debemos centrarnos en la formación y el desarrollo de funcionarios con una firmeza política sólida, amplios conocimientos profesionales, capacidad de adaptación flexible al entorno global y habilidades para la cooperación intersectorial, a fin de satisfacer las crecientes y complejas demandas de la integración.
La integración internacional en el nuevo contexto exige que seamos más proactivos, más decididos, más creativos, sobre la base de una firme independencia y autodeterminación, al mismo tiempo que seamos flexibles y agudos en nuestras estrategias y tácticas diplomáticas, aprovechando al máximo las oportunidades y superando los desafíos para impulsar el desarrollo rápido y sostenible del país.
La Resolución 59 puede considerarse una brújula de acción para todo el Partido, todo el ejército y todo el pueblo en la empresa de integración internacional de la nueva era.
Cada comité partidista, organización del Partido, funcionario y militante debe interiorizar profundamente el espíritu de la Resolución, concretarlo en programas y planes de acción prácticos; al mismo tiempo, debe potenciar al máximo el sentido de responsabilidad, renovar la mentalidad, y actuar con determinación para hacer que la integración internacional sea un motor poderoso para que Vietnam se eleve y se expanda en la arena internacional.
Estimados compañeros,
Las cuatro grandes resoluciones del Buró Político han creado un todo coherente sobre el pensamiento y la acción estratégica para el desarrollo del país en la nueva era. Aunque cada resolución se enfoca en un área clave, están estrechamente interconectadas, se complementan y se impulsan mutuamente en el proceso de su comprensión y aplicación.
Las cuatro resoluciones comparten un objetivo común: construir una base sólida para que Vietnam se desarrolle de manera rápida y sostenible y se convierta en un país desarrollado, con ingresos altos en 2045. La Resolución 66 exige perfeccionar el sistema legal para hacerlo más transparente y moderno, garantizando los derechos humanos y los derechos ciudadanos. La Resolución 57 establece que la ciencia, la tecnología, la innovación y la transformación digital son los pilares del nuevo crecimiento. La Resolución 59 amplía el espacio de desarrollo a través de una integración internacional proactiva y dinámica. Y la Resolución 68 promueve al sector privado como el motor central de la economía.
La conexión no solo tiene un carácter orientador general, sino que también refleja claramente la interdependencia en la práctica. Si el sistema institucional no es transparente (Resolución 66), será difícil que el sector privado se desarrolle (Resolución 68), la ciencia y la tecnología carecerán de un entorno creativo (Resolución 57) y la integración internacional será ineficaz. ¿Cómo evalúan y participan las empresas privadas en los acuerdos TLC, los acuerdos de protección de inversiones...? (Resolución 59). Por otro lado, si la innovación no es realmente disruptiva, el sector privado será débil y la integración internacional se verá limitada. Si la integración no es proactiva, el propio sistema institucional y los motores internos de desarrollo también tendrán dificultades para emprender reformas integrales.
El punto de avance común de las cuatro resoluciones es una nueva mentalidad de desarrollo: pasar de la “gestión” al “servicio”, de la “protección” a la “competencia creativa”, de la “integración pasiva” a la “integración proactiva”, de la “reforma dispersa” a la “transformación integral, sincrónica y profunda”. Este es un cambio fundamental en la mentalidad, que hereda los logros de 40 años de renovación y se alinea con las tendencias globales en la era digital.
En cuanto a la implementación, todas las resoluciones destacan el papel de liderazgo unificado del Partido, la participación sincronizada y creativa de todo el sistema político, junto con la participación efectiva de las empresas, la ciudadanía y la intelectualidad. Los ejes de ejecución, como la aplicación de la ley, la transformación digital, la innovación, el desarrollo del sector privado y la integración internacional, requieren una coordinación estrecha, un monitoreo y supervisión constantes, y una evaluación de la efectividad.
Cuatro tareas clave para los próximos cinco años (2025–2030)
1) Completar un sistema jurídico moderno y coherente que impulse el desarrollo:
En los próximos cinco años, implementar de manera integral la Resolución 66, llevando a cabo una reforma profunda del proceso de elaboración, aplicación y evaluación de las leyes. Objetivo: construir un sistema jurídico unificado, transparente, estable y accesible, que responda a las exigencias de una economía de mercado moderna y de una integración profunda. Abordar la superposición normativa, al tiempo que se perfecciona el marco institucional para proteger los derechos de propiedad, los derechos a libre negocio y el derecho a la innovación, creando una base legal favorable para la inversión y el desarrollo.
2) Avance decisivo en ciencia, tecnología, innovación y transformación digital: En el período 2025–2030, se debe impulsar un fuerte avance mediante la implementación enérgica de los programas nacionales de innovación y transformación digital, extendiéndolos a empresas y localidades. Es necesario crear un ecosistema nacional de innovación; apoyar a las empresas en la inversión en innovación y desarrollo (I+D) y en la comercialización de tecnologías; y construir la infraestructura de datos y las plataformas digitales para el gobierno digital, la economía digital y la sociedad digital. Esta es la base técnica esencial para aumentar significativamente la productividad laboral y la competitividad nacional.
3) Acelerar la integración internacional integral, proactiva y efectiva: Asumir un rol proactivo en la negociación y ejecución efectiva de los nuevos TLC, aprovechando las oportunidades de las cadenas de suministro globales y los flujos de inversión internacional. Transformar los compromisos de integración en crecimiento tangible, expandir mercados y atraer inversiones de alta calidad.
Al mismo tiempo, participar en la construcción y definición de las reglas del juego internacional en áreas como economía, tecnología, medio ambiente y ciberseguridad, reafirmando así la posición del país y protegiendo sus intereses nacionales.
4) Desarrollar de manera sustancial el sector económico privado, convirtiéndolo en “uno de los motores más importantes” de la economía nacional: Centrarse en eliminar los obstáculos relacionados con el acceso a la tierra, el crédito, la tecnología y los mercados; apoyar a las pequeñas y medianas empresas, así como a las startups innovadoras; y establecer un ecosistema empresarial flexible y dinámico. Formular una estrategia para el desarrollo de grandes corporaciones privadas con capacidad competitiva a nivel regional e internacional, liderando cadenas de valor globales. Enfoque principal: proteger los derechos de propiedad, garantizar los derechos a libre negocio, mejorar entorno empresarial transparente y equitativo, creando así un impulso para que el sector privado crezca de manera rápida y sostenible.
Tareas urgentes para el año 2025
Estimados compañeros,
El año 2025 marca un punto de inflexión hacia una nueva era, mientras que el objetivo de convertirse en un país desarrollado solo está a dos décadas de distancia. Si no logramos mantener el ritmo de las reformas y no generamos avances desde ahora, perderemos una oportunidad de oro y quedaremos rezagados en la competencia global. Por ello, es imprescindible implementar las tareas de manera rápida, meticulosa y efectiva, tomando los resultados concretos como criterio de evaluación. En este sentido, propongo que todo el sistema político actúe con urgencia en la ejecución de las siguientes ocho tareas prioritarias:
Primero, acelerar la finalización y promulgación de los programas y planes de acción nacionales para implementar las cuatro Resoluciones, asegurando una conexión estrecha, con objetivos claros, tareas definidas, cronogramas y asignaciones específicas. Al mismo tiempo, establecer un conjunto de indicadores para el seguimiento y la evaluación periódica.
Segundo, llevar a cabo una revisión integral y urgente del sistema jurídico, implementando modificaciones, suplementos, sustituciones o derogaciones de las disposiciones inapropiadas conforme al espíritu de la Resolución 66-NQ/TW. Priorizar la modificación de las normas relacionadas con los derechos de propiedad, la libertad de empresa, la innovación y la integración internacional; así como estudiar la promulgación de la Ley de desarrollo del sector privado.
Tercero, iniciar de inmediato los programas prioritarios en ciencia y tecnología, innovación y transformación digital; aprobar e implementar los programas nacionales; crear nuevos centros de innovación; y desarrollar un marco legal para el modelo sandbox.
Cuarto, concentrarse en la negociación y ejecución efectiva de los nuevos acuerdos TLC, especialmente el Acuerdo Integral y Progresivo de Asociación Transpacífico (CPTPP), el Acuerdo de Libre Comercio Vietnam-Unión Europea (EVFTA), El Acuerdo de Asociación Económica Integral Regional (RCEP), el Tratado de Libre Comercio Vietnam-Reino Unido (UKVFTA) y, en particular, negociar eficazmente un TLC con Estados Unidos; prepararse activamente para participar en nuevos convenios como el Acuerdo de Asociación Económica Digital (DEPA) y el Marco Económico del Indo-Pacífico (IPEF); y aprovechar los compromisos de integración para transformarlos en crecimiento real.
Quinto, llevar a cabo un avance decisivo en la mejora del entorno de inversión y negocios: reducir al menos un 30% los trámites administrativos, digitalizar los servicios públicos, apoyar con financiamiento, tecnología y transformación digital a las pequeñas y medianas empresas; y desarrollar un proyecto para el crecimiento de grandes corporaciones privadas.
Sexto, fortalecer el aparato de liderazgo, dirección y coordinación para la implementación de las resoluciones; establecer Comités Directivos especializados a nivel central y provincial; garantizar un mecanismo de dirección unificado, con supervisión y control constantes.
Séptimo, priorizar la formación y capacitación de recursos humanos para implementar las resoluciones: formación avanzada en derecho moderno, ciencia y tecnología, integración internacional y gestión empresarial; capacitación de un equipo de cuadros jóvenes con mentalidad innovadora, competencias digitales y capacidad de adaptación global.
Octavo, intensificar la comunicación y generar consenso social: elaborar programas nacionales de comunicación para cada resolución; fortalecer el diálogo político entre el Gobierno, las empresas, la ciudadanía y el sector intelectual; y movilizar la inteligencia social para el proceso de implementación.
Estimados compañeros,
Más que nunca, en la actualidad, el Comité Central es un bloque de unidad y consenso, decidido y resuelto a liderar a todo el Partido, al pueblo y a las fuerzas armadas para alcanzar y superar los objetivos planteados en la Resolución del XIII Congreso Nacional del Partido, preparando de manera óptima al país para entrar en una era de desarrollo, prosperidad y felicidad. Desde el décimo Pleno del XIII mandato (septiembre de 2024) hasta ahora, el Buró Político y el Secretariado del Partido han trabajado día y noche, concentrándose en resolver asuntos clave, eliminando los “cuellos de botella” y creando un nuevo espacio de desarrollo para la nación. Han implementado con determinación el contenido de la Resolución 18 del Comité Central sobre “algunos temas para continuar renovando y reorganizando la estructura del sistema político de manera ágil que opere de manera eficiente y eficaz”; la construcción de gobiernos locales de dos niveles; la reorganización de unidades administrativas para el “despegue”… Estas labores no solo han sido ejecutadas seriamente por los cuadros y miembros del Partido, sino que, lo que es más importante, la mayoría del pueblo en todo el país las sigue, apoya y considera como una verdadera revolución nacional en esta nueva etapa.
Para materializar la aspiración de construir un país próspero y poderoso, todo el Partido, el pueblo y las fuerzas armadas deben continuar uniendo esfuerzos, potenciando al máximo el espíritu patriótico, la voluntad de autosuperación y el anhelo de avance de la nación vietnamita en la nueva era. Porque “si sabemos unir fuerzas y corazones, no hay tarea difícil que no se pueda lograr”.
Todo el Partido, el pueblo y las fuerzas armadas deben definir claramente su papel y responsabilidad; actuar de manera proactiva, creativa y unida, compitiendo en el espíritu patriótico y decididos a cumplir con éxito las tareas de desarrollo económico-social, defensa, seguridad y mejora del nivel de vida del pueblo, asegurando que la vida de la población mejore de forma tangible. Cada cuadro, miembro del Partido y cada ciudadano vietnamita debe convertirse en un combatiente pionero en el frente del desarrollo nacional.
Los dirigentes de todos los niveles, desde el gobierno central hasta el local, deben ser ejemplares y pioneros en la renovación del pensamiento y la acción; atreverse a pensar, a hacer, a innovar y a asumir la responsabilidad por el bien nacional, incluso sacrificando intereses personales por el bien común. Los programas de acción necesitan implementarse de manera decidida y meticulosa, utilizando los resultados concretos como el criterio para medir la capacidad y el desempeño. Se debe continuar proponiendo y desarrollando nuevas resoluciones bajo el lema que enseñó el Presidente Ho Chi Minh: “Todos los beneficios son para el pueblo. Todos los poderes pertenecen al pueblo”.
El pueblo y las empresas deben ser considerados el centro y los actores principales en el proceso de desarrollo. Es necesario fomentar vigorosamente el espíritu emprendedor nacional, estimular los recursos de innovación en toda la sociedad y promover el desarrollo de la economía digital, la economía del conocimiento, la economía verde y la economía circular, impulsando a Vietnam a avanzar rápida y firmemente en el camino de la modernización e integración.
Estimados compañeros,
Tenemos todas las bases para confiar firmemente en un futuro brillante para nuestro país. Con la tradición heroica, la inteligencia, la determinación y el incesante deseo de progreso de toda la nación, Vietnam seguirá avanzando con paso firme en el camino del desarrollo rápido y sostenible.
Ante todo el pueblo, nos comprometemos a implementar con determinación los objetivos establecidos, con un espíritu de renovación del pensamiento, acciones decididas, perseverancia y creatividad. Cada comité del Partido, gobierno, organización e individuo debe definir claramente su responsabilidad, transformando los compromisos políticos en resultados concretos y tangibles.
Encendamos juntos la llama de Renovación – Aspiración – Acción, por un Vietnam próspero, poderoso y fuerte, a la par con las grandes potencias del mundo en 2045.
¡Muchas gracias a todos los compañeros!