Hanoi (VNA)- El objetivo principal de la fusión de las provincias es crear un espacio de desarrollo para las nuevas unidades administrativas, alineado con el Plan Maestro de Desarrollo de Vietnam para el período 2021-2030, con visión hacia 2050.
El 14 de abril, el viceprimer ministro permanente Nguyen Hoa Binh firmó una decisión para aprobar el Plan de reorganización de las unidades administrativas en todos los niveles y el establecimiento del modelo de gobierno local de dos niveles.
Esta acción materializa la Resolución N.º 60-NQ/TW del 12 de abril del undécimo pleno del Comité Central del Partido Comunista de Vietnam del XIII mandato, que orienta a racionalizar el aparato estatal, optimizar los recursos y generar un impulso para el desarrollo nacional.
Según el plan, el país contará con 34 unidades administrativas de nivel provincial después de la reestructuración: 28 provincias y seis ciudades bajo administración central. Once provincias y ciudades, incluidas Hanoi, Hue, Lai Chau, Dien Bien, Son La, Lang Son, Quang Ninh, Thanh Hoa, Nghe An, Ha Tinh, Cao Bang no serán fusionadas debido a sus características poblacionales, geográficas, económicas y culturales. Las 52 restantes se fusionarán para formar 23 nuevas unidades administrativas provinciales.
Tras casi 40 años de renovación, la organización territorial sigue fragmentada, con vínculos regionales débiles, inversiones dispersas e infraestructuras poco integradas. Las principales causas son la mentalidad de desarrollo localista, la falta de planificación nacional integral y la carencia de mecanismos eficaces de coordinación regional.
El actual proceso busca rediseñar el espacio de desarrollo con una visión nacional hacia 2050: crear nuevos motores de crecimiento, corredores económicos, polos dinámicos interconectados, y así elevar la competitividad del país. Además, busca aprovechar de forma más eficaz los recursos naturales —tierra, agua, bosques, minerales— y los espacios marítimos, subterráneos y aéreos.
Vale destacar que solo 28 de las 63 provincias y ciudades tienen acceso al mar. Esta fusión permitirá ampliar dicho acceso, que resulta clave tanto para el desarrollo económico como para la seguridad nacional.
Las fusiones no buscan imponer, sino promover el desarrollo sostenible mediante la sinergia. La unión de Thai Binh y Hung Yen en la nueva provincia de Hung Yen es un ejemplo: con el doble de superficie y más de tres millones de habitantes, se amplía el mercado interno y se facilita el desarrollo de la producción y los servicios.
La integración permitirá un flujo más libre de capital, mano de obra y tecnología, optimizando así las infraestructuras y recursos disponibles. Se espera que esta nueva unidad se convierta en un centro de desarrollo líder en el Delta del Río Rojo.

El nombre y la capital de la nueva provincia se determinarán cuidadosamente, considerando factores históricos, culturales y tradicionales, para minimizar el impacto en la población y las empresas. La preocupación por "perder el nombre de la provincia" o "alejarse de la capital" es comprensible, pero el interés nacional debe prevalecer.
Las nuevas capitales de cada provincia debe cumplir criterios de largo plazo: ubicación estratégica, buenas infraestructuras y potencial de expansión. Además, cada nueva ciudad podrá establecer no solo un centro administrativo, sino también centros económicos, culturales y turísticos que aprovechen al máximo los recursos de las regiones fusionadas.
La reorganización no es simplemente una reestructuración administrativa, sino una estrategia para moldear el espacio de desarrollo nacional para los próximos cien años. Por encima de cualquier preocupación local, debe prevalecer el objetivo supremo: el desarrollo común del país con sus 100 millones de ciudadanos./.