Dos de los tres hijos Ta Thi Chuyen, oriunda en la provincia norteña de Ninh Binh, viven con graves defectos físicos y mentales causados por la dioxina. Su esposo y su primer hijo fallecieron por la misma causa.
La mujer dedica casi toda la vida a la atención de sus hijos sin capacidad de cuidarse a sí mismos, con el temor de que algún día no sea capaz de hacerlo.
En Ninh Binh más de medio millar de persona aún sufren las secuelas de la dioxina, a pesar de que la guerra se acabó hace 43 años.
El 10 de agosto es el Día de Víctimas de Dioxina en Vietnam. El tóxico puede causar deformaciones severas, daños cerebrales y físicos, defectos congénitos y multitud de tipos de cánceres.