Ya pasó un largo invierno inclemente, laluz del sol otra vez derrite el aire congelado y despeja la nieblalúgubre, devolviendo el color y la energía a la meseta de Moc Chau,localizada a una altura promedio de mil 50 metros por encima del niveldel mar.
Las ramas de flores de ciruelos seencuentran aún más brillantes bajo esta fresca iluminación, sustituyendoel triste gris del inverno por el blanco simple pero de pura inocencia yhermosura.
Incluso los techos rudimentarios de lascasas locales parecen que han sido cubiertos con una nueva pintura,creando un cuadro excepcionalmente poético de la vida rural en las zonasmontañosas.
El trayecto de 180 kilómetros desdeHanoi a Moc Chau parece menos largo, ya que los excursionistas seencuentran embelesados en medio de un camino al paraíso blanco, formadopor las carreteras llenas del color puro de las flores de ciruelos.
La estación de florecimiento hechiza a los contempladores con todo suesplendor, pero rápidamente se desvanecerá dentro de dos o tres semanas.No es raro que miles de visitantes aprovechen la primera quincena defebrero para admirar la belleza de las flores. – VNA