Ocupa la atención fundamentalmente de visitantes foráneos una de lasmaneras que trabajadores informales encontraron, generacionesatrás, para ganarse el sustento familiar. Más allá de la entradaeconómica, conscientes o no de la importancia de su labor, ellos contribuyen adescubrir habilidades en los infantes al fomentar su interés por la pintura. Enespacios al aire libre se encuentran tales vendedores de las figuras de yeso,acuarelasy pinceles, además de proporcionar un lugar donde sentarse (sillas y mesas deplástico). Acompañados por sus padres, los niños colorean a su antojo según supreferencia de colores.
Los imaginarios talleres surgen en amplias y también en parques, rodeadosen ocasiones de frondosos árboles que dan un encanto mayor a la accióncreativa.
Una colega vietnamita a quien le comenté el ambiente familiar que apreciéeste fin de semana tras visitar tres sitios en los que casualmente sedesarrollaba este peculiar entretenimiento, explicó que la venta de materialespara colorear es tradicional, e incluso recordó los tiempos en que siendo niñasus padres la llevaban a pintar al parque.
Pequeños y familiares encuentran una manera de relajarse y pasarla bien,sobre todo los fines de semana.
Muy cerca del Lago central de Hanoi, el Hoan Kiem, se puedenapreciar en algunas calles del centro histórico a decenas de niños que durantehoras dan vuelo a su imaginación pintando incluso en réplicas de yeso aalgunos personajes de dibujos animados. Los más chicos y adolescentestambién se reúnen en el parque Thong Nhat (Reunificación) con amigos yfamiliares. Sin duda, estas horas son de las que más disfrutan los niños pues además de distraerse, potencian sus fantasías, adquieren habilidades manuales,se sienten “importantes” al descubrir que, por si mismos, son capaces de creare innovar en las diminutas estatuillas.
Sentirse admirados por pintar un dragón amarillo, una muñeca rosada, unsombrero rojo, un carro verde, constituye un paso importante en la autoestimade los de corta edad, seguros de que son capaces de crear belleza y luegoreconocerla en la adultez.
Quizás sean varios los ciudadanos de Hanoi que, como mi colega,descubrieron su gusto por las artes plásticas una de esas tardes de domingo enque sus padres los invitaron a pintar, dando riendas a la imaginación ylogrando sus primeras e increíbles combinaciones de tonalidades.-VNA
Por Mariela Pérez Valenzuela, especial para la AgenciaVietnamita de Noticias