Hanoi (VNA) - El secretario general del Partido Comunista de Vietnam, To Lam, escribió un artículo destacando que el ahorro y la lucha contra el despilfarro son esenciales para construir una sociedad próspera y sostenible. Inspirados en la cultura vietnamita y el legado de Ho Chi Minh, estos valores se consolidan como prioridad nacional para fortalecer la economía y mejorar el bienestar social.
A continuación, la Agencia Vietnamita de Noticias (VNA) les presenta el texto íntegro:
PRÁCTICA DE LA AHORRATIVIDAD
To Lam
Secretario general del Comité Central del Partido Comunista de Vietnam
El ahorro y la lucha contra el despilfarro son dos elementos estrechamente vinculados entre sí, dos pilares fundamentales para alcanzar la prosperidad y la riqueza, tanto a nivel familiar como nacional y social. Practicar la ahorratividad y combatir el despilfarro es una necesidad en la vida de cada individuo y de toda la sociedad, una “piedra angular” que contribuye a construir una sociedad civilizada y sostenible. Esto debe ser una responsabilidad común y convertirse en un estilo de vida, una cultura diaria de cada uno de nosotros.
La cultura vietnamita es una cultura que valora un estilo de vida austero y ahorrador. Por ello, la práctica del ahorro por parte del pueblo vietnamita ha sido resumida en proverbios y refranes populares que se transmiten de generación en generación (1), como:“Quien sabe comer, no pasa hambre; quien sabe estirarse, permanece abrigado”, “Mejor poco con ahorro que mucho con despilfarro”, “No dejes el campo baldío / Cada palmo de tierra vale su peso en oro”, “En tiempo de abundancia, no desprecies el maíz y la batata / Que en tiempos de escasez, ¿quién será tu compañero?”, “Comer con medida, usar con moderación”, “El ahorro te da dinero disponible / Para cuando falte, no depender de nadie”…
El Presidente Ho Chi Minh, maestro de la revolución vietnamita, fue un ejemplo brillante de vida ahorrativa. Justo después de liderar con éxito la Revolución de Agosto, ante las amenazas del hambre, el analfabetismo y la invasión extranjera, en la primera reunión del Gobierno Provisional de la República Democrática de Vietnam el 3 de septiembre de 1945, el Presidente Ho Chi Minh planteó seis cuestiones urgentes, entre las cuales destacó especialmente la necesidad de lanzar una campaña de aumento de la producción y ahorro para combatir el hambre y construir el país. El Tío Hi explicó muchas veces el verdadero sentido del ahorro para que todos lo entendieran y lo aplicaran correctamente: “¿Qué es ser ahorrativo? Es ahorrar, no ser lujoso, no despilfarrar, no ser desordenado... Ahorro no significa tacañería. Cuando no es necesario gastar, ni una sola moneda debe gastarse. Pero cuando se trata de una causa digna, beneficiosa para el pueblo o la nación, entonces, por costoso que sea, se debe hacer con gusto. Eso es realmente ahorro. Debemos combatir firmemente el lujo... El lujo es una falta contra la patria y contra el pueblo” (2). Consideraba el ahorro como un arte importante de la vida social. Subrayó la necesidad de ahorrar fuerza laboral: “Una persona debe trabajar como dos o tres” (3); ahorrar tiempo: “Debemos llegar puntuales al trabajo, no tarde ni salir temprano. Hacer las cosas con rapidez y cuidado. Lo que se puede hacer hoy, no se deje para mañana. Debemos recordar que el pueblo paga nuestro salario con su sudor y lágrimas. Quien sea perezoso, engaña al pueblo” (4). Pidió al Gobierno que ahorrara los recursos financieros, la fuerza del pueblo, la sangre de los soldados y ciudadanos: “Debemos valorar el esfuerzo humano como nuestro recurso más precioso. Tenemos que cuidar la salud y usar racionalmente el trabajo de nuestro pueblo” (5), “Las riquezas, si se pierden, pueden recuperarse; el tiempo, si pasa, vuelve. Pero cuando un soldado sacrifica su vida, es sangre y alma que se pierde para siempre” (6), por eso, “Debemos preservar hasta la última gota de sangre del pueblo para construir el futuro de la patria” (7). También enfatizó el ahorro en las palabras: “Hablar poco, hacer mucho” (8), “Comenzar con la acción” (9).
En todas las etapas de la revolución, el Partido y el Estado vietnamitas han prestado especial atención a la práctica de ahorratividad, considerándola una política nacional prioritaria. Durante la guerra, bajo el liderazgo del Partido y del Presidente Ho Chi Minh, con el ejemplo de él mismo y de los cuadros y militantes, el pueblo practicó el gasto racional, ahorró, apretándose el cinturón, sacrificando todo beneficio material personal para apoyar el frente, concentrando recursos para liberar al país. Al entrar en la etapa de renovación, nuestro Partido ha adoptado numerosas directrices y ha emitido varias Instrucciones sobre esta cuestión, tales como: la Instrucción N.º 21-CT/TW del 21 de diciembre de 2012 del Secretariado del Comité Central del XI Congreso sobre el fomento del ahorro y la lucha contra el despilfarro; la Instrucción N.º 27-CT/TW del 25 de diciembre de 2023 del Buró Político del XIII Congreso sobre el fortalecimiento del liderazgo del Partido en esta labor; la Instrucción N.º 42-CT/TW del 16 de enero de 2025 del Buró Político del XIII Congreso sobre la educación en valores de laboriosidad, ahorro, integridad, justicia e imparcialidad; la Instrucción N.º 05-CT/TW del 15 de mayo de 2016 del Buró Político sobre la intensificación del estudio y seguimiento del pensamiento, moral y estilo de Ho Chi Minh, que señala claramente: “Organizar el estudio, comprensión y difusión... de las opiniones y ejemplo ético del Tío Ho sobre: laboriosidad, ahorro, integridad, justicia, imparcialidad”; el Reglamento N.º 37-QĐ/TW del 25 de octubre de 2021 del Comité Central sobre lo que los militantes no deben hacer, en el que se prohíbe: “Organizar bodas, funerales u otros eventos familiares de manera lujosa, despilfarradora o con fines lucrativos”. Para institucionalizar estas directrices del Partido, el Comité Permanente de la Asamblea Nacional de la X Legislatura emitió en 1998 la Ordenanza sobre la práctica del ahorro y la lucha contra el despilfarro; la Asamblea Nacional de la XI Legislatura la elevó a Ley en 2005; y en 2013 fue revisada y complementada por la Asamblea Nacional de la XIII Legislatura. La Constitución de 2013 establece en su artículo 56: “Los órganos, organizaciones e individuos deben practicar el ahorro, luchar contra el despilfarro y la corrupción en las actividades socioeconómicas y en la gestión estatal”. Cada año y por periodos, el Gobierno emite un Programa General sobre la práctica del ahorro y la lucha contra el despilfarro.
En la implementación de las directrices del Partido y de las políticas y leyes del Estado, la práctica del ahorro en todo el Partido, el pueblo y el ejército ha logrado numerosos resultados positivos. Las organizaciones e individuos, especialmente los cuadros y militantes, han prestado atención al ahorro en los gastos corrientes, reforzando el papel de liderazgo en esta práctica. Algunas agencias y unidades, al organizar congresos o conmemoraciones de aniversarios, han emitido comunicados indicando: “practicar el ahorro, no recibir flores de felicitación”. Muchas conferencias de evaluación intermedia y final se han organizado de manera concisa y sencilla, ahorrando tiempo, evitando el uso de documentos impresos y adoptando reuniones en línea para reducir costos. En numerosos lugares se ha implementado el uso compartido de vehículos oficiales para los altos funcionarios durante sus viajes laborales. La situación de tierras baldías y los proyectos urbanísticos paralizados (“proyectos colgados”) se ha ido resolviendo gradualmente. La gestión y uso de las sedes de trabajo se ha ajustado, en su mayoría, al propósito, normas y estándares establecidos. Muchas empresas han reforzado la gestión de sus costos de producción, especialmente los gastos indirectos, para reducir el precio de los productos; han recortado costos en la producción y negocios, y gestionado con más rigor el consumo de recursos para mejorar la eficiencia operativa. En particular, desde finales de 2024 hasta la fecha, en cumplimiento de las conclusiones del Comité Central, del Buró Político y del Secretariado, se ha liderado y dirigido de manera integral la reestructuración y racionalización de la organización del aparato del Partido, del Gobierno, de la Asamblea Nacional y del Frente de la Patria tanto a nivel central como local. Con ello, se ha logrado reducir puntos de contacto administrativos, ahorrar gastos y crear condiciones favorables para aplicar de inmediato la política de exención o reducción de matrícula para los alumnos. Además, según cálculos preliminares, al aplicar la directriz acordada en el XI pleno del Comité Central del XIII mandato sobre la fusión de provincias, eliminación del nivel distrital y fusión del nivel comunal, se generarán ahorros considerables en los gastos corrientes anuales. Se estima que el ahorro en el gasto corriente del presupuesto estatal durante el período 2025 - 2030 será de más de 20 billones de dongs por año, y a partir de 2030, se podrá ahorrar más de 30 billones de dongs anuales. Esto sin contar el valor específico de más de 18 mil 500 sedes de agencias y unidades que dejarán de tener funciones como “oficinas públicas” al implementarse el modelo de gobierno local de dos niveles.
Sin embargo, junto a los resultados obtenidos, la práctica del ahorro aún presenta muchas limitaciones y deficiencias, con una eficacia muy baja. Las políticas y directrices sobre el ahorro no han sido realmente efectivas; el despilfarro y la pérdida de bienes y fondos públicos siguen ocurriendo de forma generalizada, causando graves consecuencias. La práctica del ahorro aún no se ha convertido en un hábito frecuente; todavía no es una conciencia constante entre una parte de los cuadros, militantes, funcionarios públicos y la ciudadanía. El despilfarro no solo existe en los organismos estatales, sino también en la vida social de los ciudadanos. La tendencia a preferir productos importados, artículos de lujo y de marca, así como los regalos costosos y la mentalidad de disfrute en una parte de la población, especialmente entre los jóvenes —mientras el ingreso per cápita del país apenas ha superado el umbral de ingresos medios y la productividad laboral sigue siendo baja— son manifestaciones preocupantes en la práctica del ahorro. Junto a muchos cuadros y militantes que mantienen la ética partidista, son ejemplares, responsables en la gestión y uso racional de los bienes públicos, y no caen en la “espiral” del poder, el dinero, el lujo o el hedonismo, todavía existe una parte no menor de cuadros y militantes, incluidos algunos en cargos de liderazgo, que carecen de responsabilidad, buscan el disfrute personal y el materialismo, provocando pérdidas de recursos, despilfarro en el consumo y el uso del presupuesto público para gastos personales o de intereses particulares.
Las causas principales de estas deficiencias radican en la falta de conciencia de responsabilidad y de determinación de algunas agencias, organizaciones e individuos, que no actúan con frecuencia ni firmeza. Además, los mecanismos, políticas, reglamentos internos y normas aún son incompletos, poco claros y con muchas lagunas legales. En algunos lugares, la práctica del ahorro y la lucha contra el despilfarro se realiza de forma superficial y simbólica. Algunos ministerios, sectores y localidades no han sido realmente proactivos en construir soluciones para implementar la práctica del ahorro en las áreas bajo su responsabilidad. La Ley sobre la Práctica del Ahorro y la Lucha contra el Despilfarro aún no se ha aplicado de manera efectiva en la vida cotidiana, y sus regulaciones siguen siendo generales, sin mecanismos ni medidas efectivas de implementación. El programa de ahorro y lucha contra el despilfarro sigue siendo formalista, no se ha integrado en la vida práctica de cada agencia, unidad, localidad, familia o individuo, y aún carece de objetivos, indicadores y criterios de evaluación concretos. Muchos casos de despilfarro e irregularidades han sido detectados pero se han tardado en resolver; no se ha reconocido ni recompensado oportunamente a quienes han practicado el ahorro o detectado el despilfarro, lo que lleva a una débil observancia de la ley. Las labores de inspección y supervisión sobre la práctica del ahorro y la lucha contra el despilfarro a todos los niveles aún no son eficaces.
El XI pleno del Comité Central del XIII mandato alcanzó un alto grado de consenso en decisiones históricas, entre ellas, la continuación de la reestructuración del aparato organizativo del sistema político, la fusión de algunas provincias, la eliminación del nivel distrital, y la fusión de comunas, creando así una base sólida para generar un cambio fundamental en la práctica del ahorro en nuestro país en esta nueva etapa. Para alcanzar los más altos requerimientos de la nueva etapa revolucionaria, tal como fue acordado por el XI pleno del Comité Central —es decir, “desarrollo de alta calidad, rápido y sostenible”, “proactividad, resiliencia y autodeterminación en el desarrollo” con el objetivo supremo de “estabilidad, desarrollo y mejora del nivel de vida del pueblo”, y lograr los dos objetivos centenarios—, junto con la reorganización del aparato organizativo para que sea compacto, fuerte, eficiente y eficaz, es necesario centrarse en realizar adecuadamente varias tareas clave, como se detalla a continuación:
Primero, es esencial unificar la conciencia de que la práctica del ahorro y la lucha contra el despilfarro es una de las soluciones más fundamentales para que el país supere todas las tormentas en un contexto internacional con muchos cambios que afectan directamente y en múltiples aspectos al desarrollo socioeconómico y a la garantía del bienestar social. La historia ha demostrado que el ahorro ha sido un factor clave que ha creado una gran potencialidad para que todo el Partido, el pueblo y el ejército, aunque seamos un país pobre económicamente y el nivel de vida material del pueblo haya sido difícil —incluso en circunstancias de hambre generalizada—, lográramos apretarnos el cinturón, concentrar fuerzas para la resistencia, enviar arroz al frente de batalla y, finalmente, derrotar a los poderosos invasores coloniales e imperialistas, liberar a la nación y unificar el país. Ante las nuevas dificultades y desafíos, con la tradición de resistencia firme e indomable, con la unidad de todo el sistema político y del pueblo, si promovemos al máximo la práctica del ahorro y la lucha contra el despilfarro, generaremos una fuente poderosa de fuerza interna que impulsará el desarrollo sostenible de la economía nacional, permitiendo al país avanzar con firmeza, alcanzar sus objetivos estratégicos y atender mejor el bienestar del pueblo. Por ello, cada ciudadano, organismo, unidad, organización y empresa debe tener planes específicos y gestionar sus ingresos y gastos de manera razonable. Los cuadros y militantes, especialmente quienes ocupan cargos de liderazgo y gestión, deben ser ejemplares, motivar a sus familias y al pueblo a participar activamente. Todos los sectores, ocupaciones, hogares y personas deben impulsar la producción y los negocios, mejorar la productividad, la calidad y la eficiencia del trabajo y la producción, y practicar el ahorro de manera radical, minimizando al máximo el despilfarro de tiempo, dinero, bienes y esfuerzo.
Segundo, es importante implementar enérgicamente soluciones fundamentales para generar un cambio sustancial en la práctica del ahorro y la lucha contra el despilfarro. El enfoque debe centrarse en los siguientes puntos clave: (i) Concentrarse en perfeccionar el marco institucional, creando una base sólida para eliminar completamente los despilfarros derivados del sistema institucional, eliminar obstáculos, dificultades y barreras que frenan el desarrollo, desbloquear los cuellos de botella que limitan el crecimiento, especialmente en los temas relacionados con licitaciones, presupuesto, inversión pública, economía privada, ciencia y tecnología, innovación, transformación digital y la gran reforma de reorganización y racionalización del aparato político. Es imperativo estudiar y modificar cuanto antes la Ley sobre la Práctica del Ahorro y la Lucha contra el Despilfarro, a fin de establecer una base legal y política sólida e integral que permita su implementación efectiva en todos los sectores, profesiones, cuadros, militantes y ciudadanos. (ii) Reducir al máximo los trámites administrativos y los costos de cumplimiento, facilitando lo más posible la vida de los ciudadanos y empresas; pasar del control previo al control posterior, eliminando el mecanismo de "pedir y conceder", y descentralizar el poder hacia las agencias y gobiernos locales competentes, que asuman la responsabilidad en la resolución de asuntos. En el año 2025, se debe garantizar que el 100% de los procedimientos administrativos relacionados con las empresas se realicen en línea, de manera fluida y eficaz; y que el 100% de los trámites administrativos no estén limitados por las fronteras administrativas provinciales. (iii) Después de reorganizar el aparato del sistema político para que sea más compacto, sólido, eficiente y eficaz, un elemento fundamental para su funcionamiento es construir un equipo de funcionarios con conocimientos, habilidades y actitudes laborales adecuadas que les permitan obtener la mayor eficiencia en cada campo que se les asigne. Entre los requisitos clave se incluyen: habilidades de gestión y ejecución, pasión, entusiasmo y responsabilidad en cada tarea asignada; un comportamiento profesional, ético en la comunicación y relaciones interpersonales, así como una conciencia activa del ahorro. (iv) Reforzar estrictamente la disciplina y el orden en la gestión y uso de los recursos financieros y presupuestarios; practicar el ahorro, luchar contra el despilfarro y usar eficientemente los recursos financieros del Estado, vinculándolos con la movilización de recursos sociales y la reorganización del aparato administrativo. Mejorar la gestión y el uso de los bienes públicos, garantizando que se ajusten a los estándares, niveles y regímenes establecidos y que estén en consonancia con las necesidades de las tareas asignadas, especialmente en la reorganización y tratamiento de activos como terrenos e inmuebles vinculados a la compactación del aparato. Eliminar firmemente todos los gastos innecesarios para asegurar recursos destinados a la prevención de desastres naturales y epidemias, aumentar el capital para la inversión en desarrollo económico. Se debe intentar elevar significativamente la proporción del gasto destinado a áreas clave como ciencia y tecnología, innovación, transformación digital nacional y apoyo al desarrollo del sector privado. (v) Crear un marco jurídico y recursos favorables para el desarrollo de la economía privada, promoviendo el espíritu emprendedor y la innovación en toda la sociedad, creando las condiciones para que todas las personas tengan la oportunidad de contribuir, aumentar la productividad laboral y enriquecerse a sí mismas, a sus familias y a la sociedad.
Tercero, es imprescindible construir una cultura del ahorro; convertir la práctica del ahorro y la lucha contra el despilfarro en algo“consciente”, “voluntario”, tan cotidiano como el arroz que comemos, el agua que bebemos y la ropa que vestimos. Es necesario estudiar la posibilidad de lanzar y mantener anualmente un “Día Nacional del Ahorro”, con el fin de promover y expandir un movimiento generalizado en toda la sociedad que eleve la conciencia sobre el ahorro. Impulsar con fuerza la campaña “Estudiar y seguir el pensamiento, la moral y el estilo de vida de Ho Chi Minh”; reconocer y premiar a tiempo a aquellos funcionarios, soldados y ciudadanos que aporten iniciativas en su trabajo o desarrollo económico, que generen beneficios reales en la práctica del ahorro; a la vez, aplicar sanciones estrictas a los colectivos e individuos —en primer lugar, a los líderes de organismos y unidades del sistema político, así como a los militantes del Partido— que no cumplan plenamente la Ley sobre la Práctica del Ahorro y la Lucha contra el Despilfarro. Continuar intensificando la lucha contra la corrupción, el despilfarro y los fenómenos negativos, considerándola una de las soluciones fundamentales para construir una cultura del ahorro.
En su informe ante el IV Congreso de la Internacional Comunista, V. I. Lenin subrayó: “De todas formas, debemos reducir el aparato estatal, debemos ahorrar lo máximo posible. Ahorramos en todo, incluso en gastos educativos. Tenemos que hacerlo así porque sabemos que, si no salvamos la industria pesada, si no la restauramos, no podremos desarrollar ninguna otra industria; y si no hay industria, en general, desapareceremos, dejaremos de ser un país independiente” (10). El querido Presidente Ho Chi Minh también enfatizó: “En la construcción del socialismo, el ahorro es una política mayor, una gran virtud, una forma de trabajar y de vivir que nunca debe ser descuidada” (11). Para que el país avance con paso firme hacia una nueva era y logre el éxito, todo el Partido, el pueblo y el ejército deben esforzarse decididamente en practicar el ahorro y luchar contra el despilfarro.
(1) Ver también: Vu Ngoc Phan, Proverbios, dichos populares y canciones folklóricas de Vietnam, Editorial Van hoc, 1996; Phuc Hai, Selección de proverbios, dichos populares y canciones folklóricas de Vietnam, Editorial Thoi dai, 2014; Mai Khanh, Frases hechas – Proverbios, dichos populares – Canciones folklóricas de Vietnam, Editorial Van hoc, 2022…
(2) Ob. cit., Ho Chi Minh, Obras completas, tomo 6, págs. 122-124
(3) Ob. cit., Ho Chi Minh, Obras completas, tomo 4, pág. 181
(4) Ob. cit., Ho Chi Minh, Obras completas, tomo 5, pág. 122
(5) Ob. cit., Ho Chi Minh, Obras completas, tomo 13, pág. 70
(6) Ob. cit., Ho Chi Minh, Obras completas, tomo 7, pág. 335
(7) Ob. cit., tomo 4, Ho Chi Minh, Obras completas, pág. 229
(8) Ob. cit., tomo 5, Ho Chi Minh, Obras completas, pág. 217
(9) Ob. cit., tomo 3, Ho Chi Minh, Obras completas, pág. 457
(10) Ob. cit., V.I. Lenin, Obras completas, Editorial Política Nacional, Hanoi, 2005, tomo 45, págs. 333-334
(11) Periódico Nhan Dan, n.º 2149, 05 de febrero de 1950, pág. 2
