Brasilia (VNA)- La próxima visita del presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, a Vietnam del 27 al 29 de marzo, marca un nuevo capítulo en los nexos bilaterales, evaluó el Ministro de Relaciones de Exteriores del país suramericano, embajador Mauro Vieira, en una entrevista concedida a la Agencia Vietnamita de Noticias (VNA).
A continuación, la VNA les presenta a los lectores el texto íntegro de la entrevista.
- Estimado embajador Mauro Vieira, ¿cuál es la importancia de la visita del presidente Lula da Silva a Vietnam, especialmente se produce tan solo unos meses después de la visita del primer ministro Pham Minh Chinh a Brasil durante la Cumbre del G20 en Río de Janeiro en 2024?
*En 2024, Brasil y Vietnam celebraron 35 años de relaciones diplomáticas, basadas en la amistad, la cooperación y el respeto mutuo. Vietnam se ha convertido en un socio clave para Brasil en el Sudeste Asiático, con un comercio bilateral que alcanzó la cifra récord de 7,7 mil millones de dólares el año pasado. Brasil considera a Vietnam un amigo de confianza y un aliado importante en el Sur Global.
Desde el regreso del presidente Lula al poder en enero de 2023, las relaciones con Vietnam han cobrado un impulso notable. Un hito en esta renovada colaboración fue la histórica visita del primer ministro Pham Minh Chính a Brasil en septiembre de 2023, la primera de un jefe de Gobierno vietnamita.
La próxima visita del presidente Lula marca un nuevo capítulo en esta alianza. Lula recuerda con cariño su viaje a Vietnam en 2008, el primer presidente brasileño en visitar Hanoi, y espera presenciar en esta viaje el impresionante progreso económico y social del país.
- En noviembre de 2024, Vietnam y Brasil acordaron elevar sus relaciones bilaterales a una Asociación Estratégica, tras 35 años de vínculos diplomáticos. ¿Podría adelantar Usted las áreas clave de cooperación y las prioridades para seguir fortaleciendo las relaciones con Vietnam en esta nueva etapa del gobierno brasileño?
Durante su reunión en el marco de la Cumbre del G20 en Río de Janeiro el pasado noviembre, el presidente Lula y el primer ministro Pham Minh Chính dieron el paso histórico de elevar nuestra relación a una Asociación Estratégica. Este hito refleja la fortaleza de nuestros lazos diplomáticos y la duradera amistad entre ambos países.
También subraya la amplitud de nuestra agenda común y nuestra visión compartida de una gobernanza global reformada basada en la paz y el desarrollo. Ambas naciones mantienen su compromiso con el multilateralismo, el estado de derecho y la resolución pacífica de controversias, con las Naciones Unidas como eje central del sistema internacional. Nuestras sociedades comparten aspiraciones de estabilidad, prosperidad y desarrollo sostenible.
Actualmente estamos desarrollando un Plan de Acción para implementar la Asociación Estratégica. Este documento servirá como hoja de ruta para la colaboración en áreas clave, como defensa, ciencia, tecnología, innovación, agricultura, sostenibilidad ambiental y transición energética. Estos sectores tienen un gran potencial para profundizar la cooperación, y confiamos en que surgirán nuevas áreas de colaboración a medida que nuestra alianza siga evolucionando.
- Vietnam y Brasil se han comprometido a aumentar el comercio bilateral a 10 mil millones de dólares para 2025 y a 15 mil millones de dólares para 2030. ¿Cree que el inicio de las negociaciones para un Tratado de Libre Comercio entre Vietnam y el Mercado Común del Sur (MERCOSUR) contribuiría a acelerar la consecución de este objetivo? ¿Cuáles son las perspectivas para las negociaciones de este acuerdo en el futuro?
* Valoramos enormemente nuestra alianza económica con Vietnam, como se refleja en nuestro compromiso de expandir el comercio bilateral. Hemos establecido objetivos ambiciosos que pueden alcanzarse mediante el esfuerzo conjunto de ambos países.
Dado que Brasil es miembro del MERCOSUR, toda negociación comercial que implique concesiones arancelarias requiere una decisión de sus miembros. Estamos evaluando conjuntamente el marco más adecuado para una cooperación económica más profunda con Vietnam, considerando las políticas económicas de nuestros países.
Bajo la administración del presidente Lula, Brasil está implementando políticas para reindustrializar la economía, mejorar la competitividad industrial y proteger el empleo de alta calidad. Estos esfuerzos también priorizan la inversión en innovación y soluciones sostenibles. Estamos incorporando esta perspectiva en todas nuestras negociaciones comerciales actuales.
El fortalecimiento de nuestras relaciones económicas también depende del avance de la agenda bilateral en temas de interés mutuo, como las inversiones y las medidas sanitarias y fitosanitarias. Esto permitirá una alianza económica más integral, impulsando el crecimiento sostenido y la prosperidad para ambos países.
- La COP-30 se celebrará en Belém en noviembre. En medio del complejo y desafiante panorama global actual, ¿qué temas clave priorizará Brasil en la conferencia para ayudar a abordar el cambio climático y alcanzar los objetivos de desarrollo sostenible a nivel internacional?
La COP-30 pretende representar un punto de inflexión en el régimen climático, impulsando el progreso en cinco pilares: mitigación, adaptación, financiamiento, tecnología y desarrollo de capacidades. También marcará la presentación de una nueva ronda de Contribuciones Determinadas a Nivel Nacional (NDC) por parte de todos los implicados. Brasil presentó su NDC actualizada en noviembre pasado, comprometiéndose a una reducción del 67% en las emisiones de gases de efecto invernadero para 2035, en comparación con los niveles de 2005.
Tras el acuerdo de 2024 para movilizar 300 mil millones de dólares anuales para 2035, las presidencias de la COP-29 y la COP-30 impulsarán la "Hoja de Ruta Bakú-Belém hacia 1,3 billones", cuyo objetivo es liberar billones de dólares para una transición climática justa y equitativa en los países en desarrollo. Esto requiere ampliar la financiación para la adaptación climática, impulsar una mayor inversión del sector privado y garantizar que los bancos multilaterales de desarrollo desempeñen un papel fundamental en la financiación climática.
Un elemento central de nuestros debates es el concepto de transiciones justas. La nueva economía baja en carbono debe ser inclusiva y equitativa, garantizando que nadie se quede atrás. La transición debe promover la justicia social, reducir las desigualdades y crear oportunidades para medios de vida dignos y sostenibles.
Estas prioridades definirán la agenda de la COP30. Su éxito no se medirá únicamente por los acuerdos negociados, sino por su capacidad para impulsar acciones tangibles y transformadoras sobre el terreno.
-Muchas gracias!